martes, 29 de enero de 2008

Poiesis:

Por Altazor

Yo creo que este es uno de los puntos de partida para cualquier debate literario que se quiera hacer sobre poesía puneña o de cualquier lugar. Si bien es cierto el poeta Lucho Rodríguez se constituye en uno de los más destacados de su época no sólo por los últimos reconocimientos (DEDO CRÍTICO Y COPÉ, especialmente),sino, por su poesía, además, creo que los premios no son en vano ni pura coincidencia,inclusive, para ello están los poemas que aquí se muestran y que seguramente, con la gentileza que aún le debe quedar en algún resquicio de su alma, Gabriel los ha colgado en este su Blog.
Desde donde se mire, hay ángulos desde los cuales el señor Luis Pacho (uno de poetas que se ha preocupado mucho en beber de los estilos de los demás, tanto que su poesía sería estilo de estilos) parece un fantasma de viva presencia y el señor Simón Rodríguez (uno de los mejores poetas de los 90) un buen destello... frente a la poesía de Lucho, todo parece indicar que, aunque Lucho insista en una poesía desde el coloquialismo, desde ese lenguaje desgastado y predecible, pero más allá de eso sabe hacer poesía o, al menos es quien más se aproxima a una forma poética con el matiz que que intenta lograr su propio corpus y ese toque de piedra que requiere la poesía misma, para ser tal. Pero no por eso podemos decir que Lucho vive un nuevo día, o que ha inventado una nueva poética, claro; en cambio, es lo suficientemente sólido para vivir un poema: tradicional, actual, enérgico, inquisitivo, crítico, humano e inteligente...creo que es un poco exagerado decir esto, pero frente a los demás (Ticona, Mendoza, Bedoya, Apaza, Lipa, Rodríguez, Sayritupa, Villegas, etc.) que son casi iniciáticos a pesar de uno que otro verso logrado. Ese es mi primer punto.
El amor y la soledad son sus dos temas principales; el amor visto con ternura desolada, lleno de muerte y de vida alternativamente, unidos al tema de la rebeldía con el lenguaje y de algún modo contra la injusticia, patente en toda su poesía. El lector se encuentra frente a un buen caso de poesía. El lector, al leerlo, si es honesto consigo mismo, no podrá decir que le “gusta” (¿o el espectáculo de un semejante que se desgarra es cosa para disfrutar?), ni que lo ha comprendido, pues sólo temperamentos excepcionales, y aun ellos sólo en momentos caprichosos, son capaces de una desesperación tan recia y de una ternura tan profunda. Tampoco podrá decir que lo ha leído literariamente, pues esto no es Literatura, en el sentido civilizado que nos lleva a escribir (reflexionando, borroneando, calculando las expresiones para mejor comunicarnos) en un deseo de conversar con el lector. Ese es mi segundo punto.
Y, para terminar esta primera nota, quiero citar lo siguiente: si bien es cierto, los otros poetas puneños, también escriben desde el amor, la soledad, pero, ¿Dónde radica la diferencia? , ¿cuál es el tipo de lenguaje que emplean? , ¿cuál es la forma que tienen ellos de asumir el tema? Creo que las respuestas pueden ser varias y las mencionaremos una por una en una siguiente nota.
Pero antes de poner mi seudónimo (trivial en esteos casos)dejo esta interrogante: ¿Por qué optar por un poeta o dos o muchos como héroes en estos tiempos? ¿No será un error? Un escritor o poeta puede parecer una figura lejana y atemporal y hasta pasada de moda, una suerte de genio o que poco y nada tiene que ver con el ciudadano común.¿Por qué insistir, por ejemplo, con la poesía, quién vive de la poesía? Lucho vende sus poemarios por todo el Perú, es cierto, pero
¿Vive como se debe vivir? ¿Y, cómo se debe vivir? Pues yo creo que son cosas que tenemos que repensar y poner los pies sobre la tierra. Todos.

ALTAZOR