domingo, 12 de octubre de 2008

Aquellos tiempos ...

¡Vengan las alabanzas! Tenemos nuevo libro del doctor


Acaba de publicarse el libro "Beso de LLuvia" de José Luis Velasquez Garambel, este primer tomo nos entrega selecciones desde la tradición oral andina y puneña, hasta la literatura escrita. En sus páginas cotejamos autores como Vicente Terán, Hector Estrada, Julián Palacios Ríos, Emilio Armaza, Telésforo Catacora, Moises Yuychud, José Antonio Encinas,Alberto Rivarola y Miranda, Gamaliel Churata, Emilio Romero, Mateo Jaika, Roman Saavedra, Alberto Rosselló Paredes, Lizandro Luna La Rosa, Oscar Cano Torres, José Portugal Catacora, Oscar Velasco Meza, Ruben Ponce Alvarez, Honorio Vasquez Mestas, Omar Aramayo Cordero, Luis Gallegos Arreola, Octavia Menendez, Jorge Flórez Aybar, Vicente Achata Vargas, Feliciano Padilla Chalco, Jovín Valdez Peñaranda, Zelideth Chávez Cuentas, Waldo Vera Bejar, Geny Francisco Cárdenas, Elard Serruto Dancuart, Adrián Miguel Cáceres Ortega, Javier Nuñez, José Luis Ayala, Christian Reynoso y Fidel Mendoza.

Se trata de una interesante aproximación a dilucidar la creación y las poéticas puneñas de todos los tiempos entremezclados entre la oralidad y la escritura. Las distintas miradas y los procesos que ha experimentado nuestra literatura hasta forjar su propia tradición. El segundo Tomo (en prensa) nos trae un refrescante estudio de la poesía y ensayo puneño. WPQS

domingo, 5 de octubre de 2008

Chuqui es favorito de los diarios: Correo


FERNANDO CHUQUIPIUNTA MACHACA ENRUMBARA A AYACUCHO EN NOVIEMBRE

El cantar del trovador huancaneño

Con la finalidad de participar en el sétimo encuentro de escritores 'Manuel Baquerizo' a desarrollarse del 5 al 8 de noviembre en la ciudad de Ayacucho.

El joven escritor Fernando Chuquipiunta Machaca (21), estará presentando el libro la 'Crestomatía del Tío Arcaíco y sus Textos Literarios', compendio bibliográfico de los escritores peruanos que resalta las obras más importantes y trascendentales de su que hacer literario.

El mencionado encuentro de escritores a nivel nacional agrupará alrededor de un centenar de escritores en la Universidad Nacional San Cristobal.

Esta obra se basa en un testimonio biográfico de los trabajos de José Luis Ayala, Marco Martos, Eduardo Gonzales Viaña, Jorge Eslava Calvo, José Watanabe, Javier Sologuren entre otros reconocidos escritores de la narrativa y versos peruanos, refirió el poeta huan-caíno.

La vida de literaria de Chuquipiunta Machaca se inició a través de la lectura y la incentivación en la declamación poética, gracias al docente Rolando Pally Chipana en la Institución Educativa César Vallejo, de la provincia de Huancané.

Posteriormente, en el pegagócico de la mencionada provincia, perfeccionó el estilo literario, consagrando lo aprendido en 'La Pipa Sinfónica', libro poético expresado para todos los enamorados, que refiere la nostalgia y el desamor.

Espero concordar ideas de la literatura andina y rechazar la utópica de los escritores criollos al existir mucha marginación, mencionó el brioso Chuquipiunta.

Conjuntamente con el poeta estarán enrumbando al centro del Perú, José Luis Ayala, Feliciano Padilla, entre otros.

sábado, 27 de septiembre de 2008

"Anónimos" opinan sobre José Luis Ayala



Reelaborado por Darwin Bedoya

Creo sinceramente, que usted es el mas indicado para poder poner en su sitio al susodicho Walter Bedregal, como bien manifiesta que se presentó ante usted y le pidio dinero, al igual que a Jovin Valdez a quien también le pidió cien soles y no le dieron.
Eso demuestra la catadura moral del Nadie, pero no creo que le supere a usted que en su estadía en el Jurado Nacional de Elecciones como relacionista público, pedia dinero en proporciones inimaginables a los alcaldes que acudian ante usted y fruto de ello su ingente fortuna amasada que hacen aproximadamente veinte inmuebles en Lima Metropolitada, con cuyas rentas le es facil viajar a Europa, o a cualquier otro lugar del Mundo, o publicar desenfrenadamente libelos y publicitarlos. Bien maestro. Sólo el diablo puede llamar la atencion al diablo. A su costado el Nadie, como bien señala, es precisamente N A D I E.

Uñtasincama asno jake Traducción: hasta otra vez, bestia.

Que pena...
José Luis Ayala, se me cayó de las manos, ya sabía de sus frustraciones, conocía de sus actividades delincuenciales en la ONPE, pero si es su artículo publicado en una revista (perdón, ya que no creo que ahora sea una revista), sólo un lugar donde encontré insultos y nada de literatura.
Este artículo, dolor, frustración -mariconada- de Ayala, sólo nos demuestra lo caducos en que se han convertido nuestros intelectuales, empezando por el Director de APUMARKA Coco Flores y Cía. Padilla, etc, y su mostrito engreido -como editor- José Luis Velásquez. No encuentro nada de literatura en este último número. Estaba mejor cuando Bedoya, Bedregal, Centeno, etc., escribían, ahora sí que es un momotreto.
Y Ayala, es un mariconcito de m., hace quedar mal a los puneños y más a los Aymaras que nunca nos quejamos.
Que pena.
Los comentarios a favor de esos viejos decrépitos vienen sólo de sus alumnos mediocres de la UNA, que no saben nada más que escuchar a sus profes que no han aportado nada bueno hasta ahora en literatura, quisiera leer ejemplos, escriban aquí en este blog, pero en serio sin picarse, porque la verdad no encuentro literatura en este blog.
Solo quería agregar que lo de Ayala es una farsa de intelectual, es de un típico delincuente cultural, sabiendas que el se considera poeta -sí poeta pero mal poeta - o mediocre en poesía.

Tiene razón el amigo al escribir de ese -susodicho escritor puneño-, da pena como un hombre de letras escriba semejante bajeza; en su ignorancia no sabe interpretar ningún texto -ni de primaria- porque sin saber que contiene el libro que editó el Sr. bedregal, lo cataloga de mamotreto... Yo soy hombre nacido en el lado Aymara, tengo ahora una posición media en esta sociedad - soy dueño de una pequeña flota de Busses -camión, ja, ja, ja, bueno me dicen los amigos - pero tengo, gracias al coraje y empeño, sin pedirle a nadie lo mío. Esto como preámbulo a mi opinión sincera.
Compre el libro AQUÍ NO FALTA NADIE y en buena hora que el autor no antologó a esos viejos mediocres que tenemos en Puno, son unos viejos miserables, no han hecho nada por darle realce a la literatura puneña, y encima reclaman, por lo que entendí esa es una antología de poesía y no de poetas, “como lo señala en el prologo” (por eso hay que leer).
Si algo tienen que custionarme les escribo con nombre propio, sin miedo a rensillas, el que escribe, no sabe que es lo que está pasando realmente en este medio intelectual de Puno, pero al leer el artículo de Ayala, y comparar con el estudio que hace de la poesía el Sr. Bedregal, hay mucha distancia, Ayala me ha decepcionado, es un mediocre en la literatura peruana y ahora SI que él NO ES NADIE en la literatura, peruana y puneña.
Sólo quiero felicitar y agradecerle al Sr. Bedregal por publicarnos un hermoso ejemplar, donde SI ESTÁN los que deberían estar, estoy orgulloso de la poesía puneña y de lo mostrado en el libro. Sobre la compra de la revista APUMARKA me arrepiento haberla adquirido, ese sí que es un mamotreto visto de donde fuere, (pero en el bote de la basura quedo, junto a su director y editor, también mediocre, porque no puede ser que se este haciendo ese tipo de literatura en Puno, mas respeto por los lectores carajo). Bueno gracias por leerme y espero que me entiendan.
El que firma: PEDRO JALLURANA

La literatura es sabia, y el que sabe encaminarse en el orden establecido de las reglas, llega muy lejos, pero él que la usa para mostrar su egolatria pierde, es el caso del afamado escritor José Luis Ayala, lamentablemente él NO es nadie para juzgar a un escritor y peor aún una obra literaria. Por lo que sé, Walter Bedregal, le ha demostrado no sólo a Ayala, sino a la mayoria de los que se han puesto de acuerdo como comadrejas, en menospreciar la obra de Bedregal, hay que leerla y recién juzgarla; y por lo que leí en el coemtario de Ayala, ha demostrado ser un (mariconcito, un recentido y otras perlas que debe tener), ya que se refiere a otro libro, es más ni siquiera a un libro, sino a un borrador que -no sé porque le dejó Bedregal- (Menos mal que no lo publicó con su nombre, como hizo con las obras de René Calsín, pero ese es otro tema), no sabe que contiene el libro AQUÍ NO FALTA NADIE, y se fue por las ramas, que pena por este escritor frustrado que tenemos que saber de sus bajezas en este mundo literario que no conciente mediocres.


EL CRITICÓN dijo...
SOBRE DON NADIE I
PARA TODO LECTOR MEDIANAMENTE CULTO RESULTA OBVIO QUE LA SEUDO ANTOLOGIA DE BEDREGAL NO ES MÁS QUE UN VÓMITO INSUFRIBLE; LO QUE UNO EXPERIMENTA AL LEERLO ES ASCO ANTES QUE ALGÚN MINÚSCULO GOCE ESTETICO, Y LO PEOR ES QUE ANTES DE SUFRIR CON SUS ARBITRARIEDADES (ANTIPOÉTICAS) DE AUQUÉNIDO ILUSTRADO-INGENIERO QUÍMICO QUE CREE QUE LA LITERATURA ES UN TUBO DE ENSAYO O UNA MOLÉCULA DE ALCOHOL-HIJO PUTATIVO DE JULIACA, UNO TIENE QUE VÉRSELAS CON UN FARFULLANTE-LABERÍNTICO- DIARRÉICO Y CACOFÓNICO PRÓLOGO, DONDE LO ÚNICO CONSTATABLE ES LA IDIOTEZ CONGÉNITA DEL AUTOR (COMO SI UN MONGOLOIDE PUDIERA LLEGAR A SER INTELECTUAL). Y PENSAR QUE SU MAMARRACHO LE COSTÓ MÁS DE UNA DÉCADA DE ESFUERZOS PARTURIENTOS DE ESTREÑIDO Y TODA LA FORTUNA DE LA (...) QUE ES SU (...). ESTE LIBRACO ES DIGNO DEL ENANISMO CRÓNICO DE LOS JULIAQUEÑOS-TRICICLISTAS-LANEROS-CHOROS-CÓMICOAMBULANTES-NEGOCIANTES-CANILLITAS-LUSTRABOTAS-REVENDEDORES Y DEMÁS INDIOS MALOLIENTES. ¿QUÉ MÁS? HAY UNA PINGUE COMIDILLA SEMICRUDA DE CHANCHOS DONDE LOS POETUDOS DE LOS NOVENTA SON EL INGREDIENTE PRINCIPAL.
¿QUIÉN LE HIZO CREER A BEDREGAL QUE SOTO, BEDOYA, QUISPE O PACHO MERECEN FIGURAR AL LADO DE OQUENDO O PERALTA?, ¿QUE HACE FILONILO AHÍ?, ¿ES PUNEÑO PORQUE VIENE A CHUPAR Y PUTEAR AQUÍ?, ...Y, FINALMENTE, ¿QUÉ MIERDA HACE UN TACNEÑO TRATANDO DE ENSEÑAR A LOS PUNEÑOS LO QUE ES POESÍA?...(CONTINUARÁ)

Que pena amigo JOSÉ LUIS VELÁSQUEZ GARAMBEL, le escribo con nombre propio porque esa frustración se nota a leguas.
Que pena ser un mediocre, lo que escribiste en este comentario da cuenta que estas no solo frustrado literariamente, porque no tiene que ver nada todo ese insulto barato con un libro que el lector y más el lector puneño debe estar agradecido, porque se ha escrito el texto como un favor que nosotros los puneños nunca podremos pagarle, pero es fácil criticar cuando las cosas ya estan hechas.
Aquí en Arequipa se han publicado antologías donde muchos quedaron fuera, y no meiocridad como la que Ud. y otros como Ud. señor Velasquez no entienden ni entenderán nunca.

José Cordova para servirte


La mariconada de JLVG es una de las formas más cagonas que lo caracterizan. Creo sinceramente que tipejos de su calaña nada tienen que hacer en las letras puneñas, después del tobo que hizo a ELECTROPUNO, después de la estafa a la UNA, después de la condsumada huacharefía que acaba de publicar con billete del CARE (un estafado más por este timador andino), ese bodoque que no es más que un pajazo (en versión de su compadre WPQS), después de todo esto creo que ya nadie debe hacerle caso ni a lo que dice menos a lo que escribe. Sinceramente el virus de Gabriel se ha proliferado a grandes bocanadas, ese monigote que es JLVG no es sino un remedo mediocre de Gabriel con cierto tufillo de Aramayo y su papá Ayala.
Finalmente, creo que a estas hora en que nada ocurre en Puno ciudad de poetas, afirmo que hay que dedicarse a otras cosas, por ejemplo a trabajar en "docencia" como el famoso ceramio acoreño que ahora ha vuelto a Juliaca.

EL GOLEM

Explicando a los puneños sobre Fractalidad.


Por Walter Bedregal Paz

Una de las definiciones de fractales es la de entidades matemáticas que repiten la misma geometría a distintos niveles. En otras palabras, alguien que tuviese un zoom podría notar que en cada escala, macroscópica o microscópica, la figura sigue siendo la misma. Un ejemplo de fractal es el triángulo de Sierpinski (arriba) que es obtenido con un sencillo algorithmo que muestra que la figura del triángulo se va repitiendo en una infinidad de escalas. Lo sorprendente es que es una misma regla la que guía el diseño desde el nivel macroscópico hasta el microscópico.

Inédito de JLVG



Dedicado a José Luis Ayala

Me dibujé con lápiz carbon
quedé gris y triste
con lágrimas en los ojos
como sombra me miré
ese es el lado que no muestro
la cara que no me ven

me dibujé con colores
alegría rojonaranja rebosante y sonrriente mi rostro
me rodeo la vida y todo parecía bien
oculté mi gris, falso me sentí

me dibujé una sonrrisa y una lágrima
me pinté sombreado con la luz
los colores alegres enlutan mi tristeza
si mi vida es compleja
mi vida es mi vida y solo yo lo puedo vivir.

Aqui no falta NADIE y punto.


Escribe: José Gabriel Valdivia

Las antologías siempre darán que hablar, porque no son todos los que están, ni todos los que están son. Aunque existen pretensiosas antologías universales, las continentales y con mayor entusiasmo las nacionales, siempre son recibidas no de buen grado. Hasta hace poco creíamos que las antologías locales no suscitaban ningún alboroto, puesto que casi siempre estaban todos los que son y todos los que son estaban. Pero la que reseñamos, ha sido petardeada desde todas las ínsulas lacustres, aun por los propios antologados. Y ello, según el autor, está bien, porque así declaran la existencia de su trabajo ante el registro civil literario.

La vanguardia, gran predicadora de lo nuevo que hoy sabe a antiguo, empezó a publicar sus Nuevas Poesías para instalarse en el continuum de la praxis poética. Recordamos la de Borges, Huidobro e Hidalgo. En el Perú, posteriormente, Eielson, Salazar Bondy, Sologuren, y luego Salazar Bondy y Alejandro Romualdo, hicieron lo propio. Desde allí, cada generación se ha creído con la fuerza y méritos suficientes para elaborar su propia antología: Estos Trece (70) Última Cena, Viva voz (80- Lima/Arequipa), entre las más conocidas. De las últimas hornadas de poetas ya existen antologías y estas han recibido lo merecido.

La poesía puneña destaca en el panorama nacional y americano a partir del vanguardoindigenismo de las décadas veinte y treinta del siglo XX. Las más conocidas antologías que pretenden dar fe de ese momento y de los posteriores, son las de José Luis Ayala, Feliciano Padilla o el trabajo historiográfico de Jorge Flores Aybar. El flamante parnaso de poetas lacustres que reseñamos, ha sido elaborado desde Juliaca por Walter Bedregal y pretende cerrar el siglo XX y abrir el XXI.

Desde el título tiene un espíritu provocador, porque si no falta nadie, las ausencias están demás. Sin duda que esto ha llamado la atención de los puneños y han enfilado contra el libro sus lanzas coloradas. El prólogo de Bedregal es sugerente y osado para justificar la selección de los poemas, desde una lectura intertextual, siguiendo a Gérard Genette, y de una orientación fractal, inspirada en una poética del sueño borgiano.

La esencialidad de la poesía altiplánica peruana va prendida de los dos rieles del ferrocarril del sur. En uno Alejandro Peralta, en el otro Carlos Oquendo de Amat, pero en los durmientes las voces renovadoras de Efraín Miranda y Vladimir Herrera. Sin esta doble perspectiva es imposible comprenderla y peor aún percibir sus secuencias evolutivas. Es por ello que dentro de la gran poesía peruana, si cabría hablar de regionalidades para interpretar la escurridiza heterogeneidad, hay tres grandes fuentes: La limeña, permanentemente alimentada por soñadores provincianos, luego la arequipeña y, finalmente, la puneña. No sólo por la cantidad de poetas sino también por la calidad de los escritos. Y esta antología, de pulcra edición, lo demuestra con suficiencia y sin extrapolaciones.

Bedregal en Arequipa

Bedregal presentó su libro aquí en Arequipa, en el centro Cultural Peruano Norteamericano, le llamaron la atención por contestarle publicamente (en ausencias del hijo de pirinola, de Ayala, ya que le dijo, imaginense DELINCUENTE CULTURAL. Ahora yo me pregunto, es no no, José Luis Ayala, un delincuente cultural?. al margen de la palabra delincuente que se usa para calificar a los delincuentes menores, el título último que como JUEZ y crítico, (así lo dijo bedregal), es muy poco para ese sujeto que lo único que sabe es joder la literatura puneña, hay ejemplod de más que sería una ofensa para el lector enumerar,pero si en algo tengo que coincidir con el autor de la antología es que no se equivoco al catalogarlo a ese poeta (malísimo) de delincuente, porque no cubre los gustos estéticos, románticos, de un lector comun y corriente, y si no esta en la antología que la estoy leyendo, es porque ahora a estas alturas entiendo que los jóvenes de ahora, tienen toda razón de cambiar el mundo, no importa por medio de la literatura, la poesía en este caso, y el libro me imagino que cambió el cannnon literario puneño, sino porque hacen tanta bulla los que están afuera, hay que entender que es un buen libro,en el cual hay una buenísisma selección de poesía escrita en Puno.
Felicidades, al margen de los odios que debe llenarle de fatiga al autor, que en la presentación de la noche del miercoles 24 en el teatro del Cultural, se le noto (espero su descontento y no su arrepentimiento),pero el libro es bueno, como maestra de letras, estoy leyendo junto a mis alumnos en clase.

Atentamente.

Dra. Flor de María Gonzáles Centeno

martes, 16 de septiembre de 2008

OCHENTA POETAS, POCO PARA UNA ANTOLOGÍA


Por José Luis Ayala

En realidad, yo no debería intervenir en las abundantes, lúcidas y oportunas observaciones en relación a un malhadado texto de poesía publicado en Juliaca. No, porque habiendo sido honorablemente excluido, podría aparecer como si ese hecho me doliera y me sentiría como un desterrado del Parnaso puneño.
No es así, todo tiene su explicación y su tiempo histórico. Eso ha sucedido en casos de diletantes no fueron tomados en cuenta en antologías aldeanas, locales, menos en antologías peruanas ni latinoamericanas. Ese no es mi caso, como todos los puneños de buena fe saben y conocen mi conducta pública como escritor, mi obra literaria y valores éticos, a mí no me alcanza una exclusión aldeana.
En mi caso, la situación es distinta. Sin embargo, creo necesario explicar, debido a la invitación que se me cursa, del porqué de mi separación honorable (de lo que estoy agradecido), del texto original que tengo a la mano. Todo obedece sin duda a mis opiniones vertidas hace tiempo, pero sobre todo a mis severas opiniones en un prólogo que escribí para el libro de Rudy Frisancho y además, a mis observaciones a una desmedida como arbitraria “selección de poetas”.
Pero, sobre todo, a mi silenciosa negación de escribir “una opinión” para el texto. No es la primera vez que me sucede esto, me he ganado enemigos gratuitos, debido a que algunas veces no escribí prólogos para libros, que a mi criterio, no tenían trascendencia local. En efecto, suscribí un prólogo con el título: “El tiempo y la poesía en un libro que la lluvia no borrará”, para un texto de poesía de corte vanguardista cuyo autor es Rudy Frisancho Gallegos. Sin embargo, transcurrido casi un año, el libro no se ha publicado y desde entonces, he soportado referencias nada gratas como indirectas, ahora entiendo por qué.
El caso es que todo cuanto escribí no solo se ha cumplido, sino que además han conseguido exacerbar los ánimos, lograra un desencuentro de poetas, ahondar esa inútil rivalidad entre jóvenes y viejos, tratar de desvalorizar a poetas cuya obra ha trascendido el ámbito provinciano.
Hoy más que nunca, no me arrepiento haber escrito en una parte del prólogo: “Y es mejor decirle públicamente a Rudy Frisancho que no haga caso al Chiavetero de la literatura regional, al Pedro Navaja de la poesía, al Chayrero de la frustración y la amargura. Menos aún al Cogotero de rostro siniestro de la literatura andina, al aeda que odia a la lluvia porque quiso lavar su ropa, al premio novel de la asquerosidad, al antólogo de la miasma, a la inmundicia en persona (creación de Vargas Llosa). Tiene que escuchar sólo a quienes hayan escrito mejor y tengan ética y moral pública indiscutibles. No debe prestar oídos a desconocidos, a celebérrimos ebrios dominicales, a escritorzuelos que tratan de ocupar un espacio manchando nombres, con alcohólicos eructos de borracheras pueblerinas intrascendentes”.
Por lo que sé hasta ahora, Rudy Frisancho no ha publicado su libro y no sé si lo hará en el futuro; no creo, yo no voy a insistir en ese tema porque escapa a mi ámbito personal.
El otro hecho es que poseo los originales de un texto titulado: “Seductores de la luna de otros equinoccios”. Estudios sobre poesía puneña. Escritos I. Grupo Editorial “Hijos de la lluvia”, cuyo autor es Wálter L. Bedregal Paz.
Para terminar esta parte, el prólogo al libro de Frisancho además decía: “Lo saludo y celebro su presencia en el parnaso donde pocos son los elegidos y muchos los que de todos modos quieren entrar. Yo no tengo el sentimiento del bien limitado, no me incomoda la presencia de nuevos intelectuales ni escritores. Al contrario, sé que cada uno trae su propia voz y sus libros se defienden solos. Me alegra mucho más porque con él se renueva la esperanza de morir, una tarde de un lunes sin lluvia, sabiendo que la vanguardia continuará viva”.

Epígrafe en aymara y fecha:
Lima, aka millasiña marrana, sinti llakisiñakaw purintu, 21 de agosto del 2007.
En Lima, en esta asquerosa ciudad ahora que me asalta tanta tristeza.

El texto donde nadie falta porque el autor no es nadie en la Literatura Peruana, tiene un total de 506 páginas. El antólogo desde ahora será llamado Nadie, se presentó a mi casa y pidió que le ayudará a conseguir un presupuesto en la Editorial San Marcos, cuyo gerente general es Aníbal paredes Galván. Una vez conseguido el documento con cifras y viendo que era ventajoso, se me entregó el mamotreto para que escribiera una especie de “comentario general”, por lo que me permití señalar que había una exuberancia y superabundancia de personas y no poetas. Podría copiar nombres de los antologazos, pero bastaría decir que “la rigurosa selección” llega a la monumental cifra de ochenta poetas. Sí, sí es verdad a ochenta poetas, juliaqueños y residentes en Juliaca. Ni en Europa por ser un continente tan antiguo, tiene tantos poetas. Esa fue mi observación y tuve razón. Entonces, no escribí nada de nada y en buena hora.
Ahora estoy absolutamente convencido de que, con el paso del tiempo, en el fondo de la memoria social de los puneños, en los balances académicos y ajustes del tiempo literario que harán las nuevas generaciones, mis juicios pesarán más que el texto de Bedregal. Lo siento pero es así.
Lamentablemente no me equivoqué y no estoy resentido ni amargado. Al contrario, la reacción ha sido tan unánime que agradezco la exclusión y es un honor estar al lado de los, también, excluidos Luis de Rodrigo y Gamaliel Churata. Sin embargo, me veo en la obligación moral de afirmar que esta clase de acciones negativas, tienen por objeto causar un malestar en vez de contribuir a la cultura puneña, ocupan un espacio por un tiempo efímero pero no quedarán. Acompaño textos como prueba de mis afirmaciones.
Lima, 17 de junio del 2008.

lunes, 25 de agosto de 2008

Preparando próxima encuesta


Se aceptan sugerencias para la próxima encuesta.

sábado, 23 de agosto de 2008

jueves, 21 de agosto de 2008

Cero en Lingüística o epístola ecuménica (EXCLUSIVO)


a quien no ve la viga en su ojo


Escribe: Walter L. Bedregal Paz

Hace un par de días, luego de una invitación de la Alianza Francesa y un par de grupos literarios de Arequipa para un coloquio sobre poesía Sur peruana, a mi retorno a Juliaca estuve leyendo los comentarios que se están haciendo en torno a la antología «Aquí no falta nadie», texto de reciente publicación. Leía las apreciaciones de Ricardo Gonzáles Vigil, Ulises Juan Zevallos Aguilar, de poetas seleccionados y de algunos entendidos en cuestiones poéticas. Sin embargo, me sorprendió encontrar en el Diario Los Andes del 27 de julio, un comentario firmado por Feliciano Padilla. Luego de leer sus argumentos pueriles[1] sobre un anterior comentario mío publicado en el mismo Diario, quedé realmente sorprendido por la falta de formación literaria, académica y personal del mencionado docente.

Todo parece indicar que con este tipo de docentes en la UNA- Puno , evidentemente nunca podremos tener estudiantes que todos quisiéramos, es decir de calidad. Hay que tener en cuenta el enorme valor y vigencia de la interacción lector-escritor en el discurso escrito como base para el proceso de capacidades comunicativas, en sintonía con el carácter dialógico e interactivo del lenguaje escrito. Para lectores literales o denotativos como Padilla, se sugiere leer el método de análisis diseñado por Tirkkonen-Condit que propone el modo de organización textual «situación-problema-solución-evaluación» como columna vertebral de cualquier texto argumentativo. Hay fundamento teórico y empírico suficiente como para pensar que el uso que hacemos los hablantes del lenguaje es con el fin de alcanzar algún objetivo concreto y que, por tanto, cuando argumentamos, manipulamos los elementos lingüísticos a nuestro alcance para persuadir a nuestro oyente/lector. Más concretamente, hay autores que establecen un vínculo entre la organización temática, discursiva y esquemática del texto, es decir, la organización de los distintos argumentos a lo largo del texto, y las estrategias textuales que desarrollan los autores, entendidas éstas como variaciones conscientes del modelo de organización textual predominante en un texto con un fin determinado.

Argumentar es el arte de razonar a partir de opiniones generalmente aceptadas, siendo esta actividad un signo distintivo de los seres racionales. Al igual que en tiempos de Aristóteles y Cicerón, la argumentación oral o escrita, es todavía un tema de mucho interés para escritores, filósofos, estudiantes de lógica y retórica, antropólogos, sociólogos, psicólogos y lingüistas. En otras palabras, el investigador o los pretenciosillos que quieran analizar lingüísticamente algún texto, algún principiante en este rubro, Padilla puede ser un buen ejemplo, se le sugiere que aborde el estudio de la argumentación y que busque una definición de la misma en base a esquemas en donde pueda comenzar desde la retórica del discurso. Hay una gran variedad de respuestas y entidades discursivas, por ejemplo, desde la lógica, una argumentación es un tipo de razonamiento; desde la retórica, la argumentación comprende el conjunto de técnicas persuasivas que organizan el discurso persuasivo; desde la pragmadialéctica de Van Eemeren y Grootendorst, argumentar es un acto de escritura o habla/escritura complejos que se realizan al defender una o varias proposiciones (=argumentos o premisas) para apoyar o rechazar una o varias proposiciones diferentes (=conclusiones); desde la psicología social o cognitiva, la argumentación se basa en el intento de modificar la actitud del interlocuto, la vitalidad del constructo; etc.

Estudiosos de la retórica clásica volcaron sus esfuerzos en escribir libros que versaran en el arte de persuadir eficazmente, bien basándose en el ethos, pathos y logos aristotélicos, bien basándose en los cinco cánones romanos de la retórica desarrollados por Cicerón en su «De inventione»: inventio, dispositio, elocutio, memoria y pronuntiatio. En este punto, sería de aplaudir que el profesor Padilla revise dos líneas de estudio de la argumentación que han tenido una gran difusióna: la pragmadialéctica de Van Eemeren y Grootendorst y «la argumentatividad radical», de Ducrot y Anscombre.

Los siguientes 15 parágrafos, que en realidad son 44, pero este adelanto constituye una primera lectura como las claves para entender las limitaciones de Padilla, y también para notar mis puntos de vista con lo mencionado líneas arriba y finalmente engarzar con los dos párrafos finales:



I


Cualquiera que, haciendo violencia a su propia naturaleza, pretende cubrirse por apariencias de virtud y talento, no hace más que poner en evidencia sus múltiples defectos.

II

Todo indica que el respetado escritor Feliciano Padilla no ha entendido, tampoco podrá entender, que una antología no puede ni debe ser el libro en donde el autor se convierte en el vocero de sus amigos, de sus compañeros de trabajo. En el camarada de maestros y alumnos, aunque estos últimos, para Padilla, no existen en el mundo de la literatura, ya que serían una ridiculez completa.

III

A veces, para algunas personas, la senectud se convierte en un obstáculo de la perspicacia, pues otro punto que no está bien claro para Padilla, es que en el mundo literario, el compromiso intelectual de un escritor está con sus ideas y su escritura, y no con un club, una revista, una escuela o una camada de amigos de un bar de mala muerte.

IV

Lo que propuse con el artículo aludido por Padilla, «El carácter libérrimo de forjar antologías», era, y sigue siendo, el debate serio y no la repetición o el cacareo plumífero, que se sigue deteniendo en la cantidad de poetas seleccionados, sus lecturas del prólogo, ¿cuándo hablará de la poesía?, ¿cuándo podrá escribir algo del corpus poético?, ¿cuándo?

V

Quiero recordarle al «escritor y docente» Feliciano Padilla, que lo importante es ser «escritor y decente» y comenzar por no mentir: en mi antología no digo que Churata sea «doctrinero» y eso no es ninguna «idea descabellada», Churata es un maestro de verdad y debería ser un dios para Padilla. Pero él insiste en ofenderlo, ojalá, por su bien, los apus no le presten atención…

VI

Los argumentos «ad hominen» someten la discusión. Para qué tanta verborrea, si era más honesto y de hombres, además mucho más fácil, decir: «mis compadres zutanos y menganos, que además son narradores, no están en esta antología de poesía, y, por lo tanto, el libro de Bedregal no sirve». La mojigatería de Padilla ha llegado al límite de pretenderse analista de artículos, cuando él mismo, en su carta cometió 29 disparates y en su último comentario se pueden leer 67 errores, increíblemente de toda índole. Lástima que se publiquen comentarios tan deprimentes, tan carentes de imaginación, pues no tuvo ni siquiera ideas para esbozar un título a su grotesco desparpajo escriturario.

VII

Las limitaciones de Padilla, reconocidas por él mismo en su comentario, son sin duda imperdonables, por ejemplo: no sabe que con la lingüística no se hacen reflexiones de tal índole, porque simple y llanamente resulta que esta ciencia no sanciona usos. Si como Padilla quiere desconocer la metáfora en «forjar antologías», ¿desde cuándo los textos tienen tufillos?, ¿desde cuándo hay racismo barato?, ¿cómo es el racismo caro?, ¿desde cuándo hay escritores serranos?, ¿desde cuándo no existe la frase «abundancia de comprensión»? Esta última expresión podría ir con su condición de lector denotativo, pues a leguas podemos comprobar que se ha quedado en el nivel literal[2] de comprensión lectora.

VIII

Si uno conoce al autor, Padilla en este caso, que no descuella por sus dotes intelectuales y morales, sabría que no podía esperarse otra cosa de él, sino simple palabrería, y encima, mal utilizada.

IX

Quiero recordarle a Padilla y a quienes compartan sus arcaicas ideas, que me reafirmo plenamente en el título de mi antología, en el prólogo, en los poetas seleccionados, aunque algunos que él ha llamado «serranos» no merezcan estar en este libro, y esa justamente es la prueba más grande de la autenticidad de la antología.

X

Aunque a mí no me gusta recomendar, a veces hay que hacer excepciones, por amor al prójimo, por eso quiero recomendarle al profesor Padilla, que lea la última edición del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española , estoy seguro que le servirá de mucho y, por supuesto, por si puede completar la faena, a ese esfuerzo puede aumentarle un cursito de comprensión lectora con los niveles básico, intermedio y, si llega al avanzado, yo podría darle alguna dirección, aquí en Juliaca hay buenos docentes. Y si quiere entrar al debate literario, para terminar este parágrafo, el domingo 27 de julio, en el diario Los Andes, José Luis Ramos Salinas escribió un verdadero comentario, hay que aprender de esa capacidad de análisis y discurso, profesor Padilla.

XI

Los buenos escritores no son aquellos que viajan a encuentros de escritores a Cuba, o a cualquier otro país, sino, los buenos escritores son aquellos que escriben apropiadamente, inclusive dentro de una choza construida en la punta del cerro más lejano. Al maestro Padilla, por ejemplo, de nada le ha servido pretenderse lector de tantos años y ejercer el doble de años la labor académica en una Universidad del Estado. Un verdadero escritor nunca ofrece sus libros para obtener lectores, el libro gana lectores por sí solo. Sino, como ejemplo cercano, que vea el caso de mi antología. Debería emplear el tiempo en leer[3], en vez de viajar.

XII

El mundo que habitamos es más amplio, no se limita a un poder transferido o a la edad de la canicie, profesor Padilla. El único poder que sobrepasa los grupos y la turbiedad de las acciones es el poder de la creación, de la autenticidad, precisamente el poder que le fue negado.

XIII

Seguramente, Feliciano Padilla, estará satisfecho creyendo haber llegado a la altura de Barthes, Dérrida, Beaugrande o el mismísimo Teun Van Dijk. Ha pintado una «estupenda» aura con grises de colores... Pero cuidado, ¡qué mala suerte!, ¡viene la lluvia!

XIV

Las invectivas se repiten. La ausencia de debate y de inteligencia ya comienza a enmohecerse, precisamente por la repetición de las acusaciones y los lamentos. Antes de seguir perdiendo el tiempo con bagatelas como las de Padilla, prefiero continuar con el trabajo de la próxima antología de narrativa puneña que ya está en pre-prensa.

XV

No se piense que con estas líneas sea enemigo de Padilla, de ningún modo, por el contrario, lo estimo y lo felicito por ser un intelectual preocupado y haber seguido fielmente mis comentarios, por haber sido un atento seguidor de mis publicaciones. Pero un apunte final, que en la siguiente ocasión no cometa errores ni funja de eximio redactor, tampoco le voy a permitir que se siga colgando de mi libro para buscar nombradía, que busque fama o gloria con su propio esfuerzo, con sus propios libros. Yo, como muchos otros, sé perfectamente lo que decía Montaigne: «Todo hombre lleva en sí el peso de la humana condición». Pero hay que hacer un esfuerzo, y con mayor razón si se es profesor o narrador.


Finalmente, por si no lo sabe el profesor Padilla, la argumentación es una actividad que tiene como objetivo enfrentar y, si se puede, resolver una diferencia de opinión, explorando la justificación de puntos de vista opuestos. Así, la estructura de una argumentación va tomando forma adaptándose a las (posibles) dudas, objeciones y tesis opuestas que se le formulen. De lo anterior se deduce que Van Eemeren y Grootendorst se aproximan al estudio de la argumentación como un proceso, no como un producto, al contrario que los enfoques lógicos o el modelo de Toulmin. En este entender, las suficiencias lingüísticas abarcarán otros espacios que tendrán que ver con las micro-creencias, es decir, aquellas que se realizan lingüísticamente a partir de oraciones simples, pueden ser favorables, neutras o desfavorables con respecto al asunto del que se hable y además, el hablante puede estar en acuerdo o en desacuerdo con cada una de ellas. Zammuner también habla de macro-creencias, que aproximadamente se corresponden con la oración compuesta, y analiza las relaciones semánticas que se dan entre dichas macro-creencias en el discurso argumentativo.

Las macro-estrategias semánticas, que ya habían sido estudiadas previamente por Zammuner, son: a) Explicar, b) Elaborar o expandir, c) Ejemplificar, d) Apoyar un argumento, e) Introducir una discontinuidad semántica, es decir, contraponer creencias opuestas, y f) Derivar una conclusión.

¿Alguna vez podrá Padilla realizar un trabajo serio? ¿Algún día sucederá eso en Puno, si volviendo la cara a la realidad, contamos, por ejemplo con intelectuales como el docente mencionado?

[1] Lo que le compete a un docente, según las pretensiones de Padilla, es hacer un trabajo hermenéutico del texto. Por ejemplo realizar abstracciones y aplicar un modelo de análisis semiótico (Greimas), abstraer y aplicar un modelo de análisis hermenéutico (Ricoeur), abstraer y aplicar un modelo de análisis deconstructivista (Derrida) o, en todo caso, abstraer y aplicar un modelo de análisis textual a partir de la obra de Roland Barthes.

[2] En el proceso de comprensión lectora se realizan diferentes operaciones que, de acuerdo a la capacidad de comprensión, pueden clasificarse en cinco niveles básicos que surgen a partir de una propuesta de Bloom, pero que algunos estudiosos han querido complementar del siguiente modo: 1) Comprensión literal, donde se recupera la información explícitamente planteada en el texto y se la reorganiza mediante clasificaciones, resúmenes y síntesis; 2) Comprensión inferencial, que permite, utilizando los datos explicitados en el texto, más las experiencias personales y la intuición, realizar conjeturas, supuestos o hipótesis, pero siempre en base a lo leído; 3) Comprensión crítica-analítica, mediante la cual se emiten juicios valorativos; 4) Comprensión apreciativa, que representa la respuesta emocional o estética a lo leído, se considera el texto y el autor. 5) Comprensión creadora, que incluye todas las creaciones personales o grupales a partir de la lectura del texto. Es decir, el lector es capaz de crear en base a lo leído.

[3] En cuanto al modo correcto de emplear el tiempo, Padilla podría conseguirse textos como «El grado cero de la escritura», «Sade, Fourier, Loyola», «Barthes por Barthes», «Lo obvio y lo obtuso» y «S/Z» de Roland Barthes. También a Ducrot y su «Polifonía y argumentación», a Escandell y su texto básico titulado «Introducción a la pragmática», una lectura de Hoey y su «Interacción textual», le hará bien leer a Perelman y su reciente texto «La nueva retórica», será un buen duchazo, también al leer ese libro se verá obligado a leer el «Tratado de la argumentación» del mismo autor, bueno, tal vez leer mucho le cause daño, por eso pongo este etc. Creo, sinceramente que serían lecturas clave y, después quizá podría escribir algo serio, esto lo digo viendo sus limitaciones. Al final, estoy seguro me agradecerá, ya que esas son lecturas obligadas y de formación.

martes, 19 de agosto de 2008

Nuevo libro del Doctor


CARE PERU, a través del Proyecto Calidad y Equidad de la Educación Intercultural en Puno – KAWSAY, viene apoyando, decidida y comprometidamente, con el mejoramiento de la calidad de la Educación en la Región de Puno a través de la construcción del Proyecto Curricular Regional (PCR) en asocio con la Dirección Regional de Educación DREP y la participación de actores claves de la comunidad local y regional en el marco de la Educación Intercultural y Bilingüe.

Por las propias características educativas que presenta el departamento de Puno, heredera de las culturas andinas quechuas, aymaras y amazónicas, constituye un contexto singular tanto en lo geográfico, cultural, social; como en lo político, por lo que demanda una propuesta de desarrollo educativo que implique la recuperación y fortalecimiento del conocimiento andino – amazónico, sin dejar de tomar en cuenta los propios procesos interculturales surgidos por el contacto y la influencia de otros espacios culturales que han constituido escenarios de dialogo, en algunos casos; y en otros, de conflictos, los que es necesario afrontarlos desde una propuesta de educación intercultural.

Esta alternativa educativa debe contar con medios efectivos para su desarrollo, considerando las demandas de los actores sociales educativos, así como las políticas educativas del nivel nacional y regional las que han sido incorporadas y delineadas en el Proyecto Educativo Regional PER. Este documento orienta la educación regional y considera como uno de los nudos críticos de la baja calidad de la educación en nuestro contexto, los problemas de un currículo descontextualizado, a la vez que establece como acción prioritaria la construcción e implementación de un Proyecto Educativo Curricular (PCR) adecuado a la realidad educativa de la región y que contribuya a mejorar los niveles de aprendizaje de los estudiantes de los diferentes niveles educativos de la educación básica.

Las dos demandas que se escucharon reiteradamente en los espacios de dialogo generados fueron:“Queremos que nos respeten”, “queremos que nos escuchen.” Mensajes profundos que han sido tomados en cuenta en el enfoque intercultural del currículo regional y que están relacionados con el respeto a la diversidad, y la atención a las voces de hace 500 años, que creíamos perdidos, olvidados en el tiempo, cuando siempre han estado latentes, presentes y esperando una oportunidad para ser expresados al unísono por el comunero, el anciano, el empresario, el joven, el maestro, las mujeres, los estudiosos, todos ellos de acuerdo y unidos por el espíritu andino, perseverante, batallador y guerrero.

Responder a estas demandas constituyó un gran reto, porque el respeto significó tomar en cuenta, para la educación regional, los matices que encierra la cultura andina, ponerlo en documentos y al alcance de niños, niñas, jóvenes, estudiantes de escuelas, colegios y de los maestros y maestras encargados de desarrollar talentos, capacidades y, sobre todo, buen espíritu, lo que implica formar buenas personas, de respeto, interlocutores válidos e incorporadas en el espíritu del currículo, lo que les permita cobrar vida en el pensamiento y acción de cada maestro, en cada escuela y en el fruto de su gran tarea de educador.

Por ello fue importante investigar la creación, el pensamiento y las practicas de los pueblos andinos que se manifiestan en el arte, la literatura, la tecnología y la lengua quechua y/o aimara, las cuales fueron y siguen siendo el medio por excelencia a través del cual expresa lo que siente y piensa. Estas lenguas han sido medios de expresión oral con las que han dado a conocer sus sentimientos, aspiraciones, su cosmovisión y sus apreciaciones a través de los versos de sus canciones y la poesía o la prosa de sus cuentos, mitos y tradiciones, en los que los imaginarios han cobrado vida tratando de explicar su filosofía de vida y sus practicas cotidianas, así como sus sueños y esperanzas. Por ello, el reconocimiento de la cultura andina como parte del currículo significa divulgar el conocimiento de su historia, filosofía, literatura, arte y tecnología, integrándolo en un compendio que esté al alcance del maestro y del público en general. Estos conocimientos han sido recuperadas de la tradición oral, de las investigaciones que se encuentran desperdigadas en bibliotecas de capitales de distritos y de las familias que aún guardan los escritos de sus antepasados y que aún se encuentran en la memoria colectiva de los pueblos andinos.

En esta línea de pensamiento, CARE Perú encargó a José Luis Velásquez Garambel, un acucioso investigador de la Cultura Andina, la gran responsabilidad de compilar y comentar, en un libro, lo esencial de la literatura andina regional, en la perspectiva de alcanzar al maestro de aula, una bibliografía que le dé la posibilidad de hacer una educación realmente más humana, lo que significa cultivar el espíritu, descubrir el talento, formar al educando en su verdadera condición de ser humano y recuperar lo esencial de él: su humanidad.

La obra que presentamos es trascendental y va más allá de una simple compilación; es todo un análisis crítico y selectivo de la literatura andina regional. Su titulo es “Beso de lluvia” y está dividida en 2 tomos: El I Tomo explica aspectos relacionados con el mito y la leyenda, en su primer capítulo; y del cuento, la tradición y el relato, en su segundo capítulo; y, como última parte, la novela.

Es importante anotar que en este I Tomo el autor hace una disquisición conceptual entre el mito, la leyenda y el cuento lo que ayudará al docente y a los alumnos a interpretarlos y entender, así, el pensamiento andino a partir de estas formas literarias. Un ejemplo de ello, es la explicación, por ejemplo, de la creación del mundo, o los relatos y leyendas sobre el origen de los incas y el análisis de las expresiones literarias después de la invasión española, donde la literatura tiene el ingrediente del imaginario, el estilo y la visión del español. Las diferentes obras han sido presentadas, más o menos, en un orden cronológico, lo que permite advertir y relacionar los cambios que se han dado en las expresiones literarias con los acontecimientos y hechos históricos de la región.

Los maestros podrán utilizar las obras presentadas en el presente libro para el desarrollo de sus actividades de aprendizaje. Así, por ejemplo, los mitos, para explicar la historia de los pueblos andinos, es decir, los hechos sociales, políticos y religiosos que se han dado en espacios tiempo históricos específicos, como dice el autor; estos temas podrían ser empleados y desarrollados en el nivel de educación secundaria. Las leyendas y los cuentos, como relatos originales de la cosmovisión andina, podrán ayudar a los docentes para motivar y desarrollar la creatividad y la formación de las capacidades de lectura comprensiva y producción de textos en los niños y niñas de educación primaria. En educación inicial, pueden ser utilizados para narrarlos y dramatizarlos, mejorando así la oralidad en las lenguas quechua, aimara y castellano.

De este modo, lograremos que los niños y niñas de las escuelas, jardines y PRONOEIs aprecien y disfruten del género narrativo andino y creen cuentos que potencien sus talentos para la expresión y recreación del verso y la prosa mediante la palabra escrita. Esto hará posible la existencia de pequeñas bibliotecas de literatura infantil con la autoría de los niños y niñas de las mismas escuelas y, de esa manera, promover la lectura, la creatividad y sobre todo cultivar el espíritu de los hombres y las mujeres del futuro.

Las novelas que se presentan en el presente libro pueden ser utilizados para la lectura, comprender el genero literario y mejorar las capacidades de descripción, narración e imaginación. También permitirá mejorar los niveles de información de esta especie literaria, pues acercará a los niños de primaria y jóvenes de la secundaria a las obras de los autores puneños.

Este libro también incentivará la investigación y la valoración de la literatura andina y regional para, a partir de ella, comprender las expresiones literarias escritas que se han dado en el plano nacional e internacional. De este modo, se aprenderá a reconocer lo universal desde lo propio, desde lo nato y originario.

De lo que se trata, entonces, en resumen, es que la aplicación del Proyecto Curricular Regional de Puno en el aula logre sensibilizar y cultivar el espíritu de los niños y niñas, logrando que cada creación en verso o prosa que recojan a través de la palabra oral o escrita los conmueva, los sacuda y despierte en ellos sus sentimientos más profundos. Se trata de que los cantos, los poemas, las rimas y las narraciones que produzcan sean del color de los kantus que se abren en los amaneceres de la primavera en los andes; reflejen la alegría de los animales silvestres que retozan en las colinas; muestren la belleza que asoma en la flor de los espinos, apenas brota; y en la música de los andes impregnada y construida con el susurro de los pajonales, los pastizales y con los trinos de los pajarillos que vuelan de rama en rama en los queñuales que quedaron dormidos en prometedores amaneceres y que cada niño contempla, siente y lo conmueve, pero que la escuela no le da la oportunidad de expresarlos.

Como bien sabemos la educación en el Perú es castellanizadora. No respeta ni la cultura ni la lengua de los niños y niñas, por lo que no se logra aprendizajes significativos, especialmente en las zonas rurales, donde los niños y niñas tienen una lengua y cultura diferente al español. Es por ello que el PCR es un currículo intercultural que, partiendo de la afirmación cultural propia, se incorpora en el mundo universal. En este proceso, la formación del espíritu es sumamente importante y en este caso, la literatura es y será siempre un medio para formar ciudadanos interculturales.

La literatura es un medio para formar los buenos espíritus, y esto significa la formación de las buenas personas, pero lo bueno va mas allá de la bondad, es la formación del espíritu justo, equitativo y humano, que cada uno lleva consigo. Para ellos, el otro es tan importante como él o ella, que comprenda y respete al otro. Este es el fundamento de lo colectivo, de la ayuda mutua, de la solidaridad, de la reciprocidad; principios de la filosofía andina que es necesario fortalecer en la escuela empleando uno de los medios más efectivos: la enseñanza de la literatura.

Enseñar literatura es desarrollar, de manera efectiva, una educación en valores, uno de los aspectos descuidados en la escuela y en el colegio. La experiencia nos ha enseñado que hay dos maneras de enseñar valores, una de ellas es con el ejemplo, que no es más que la educación mediante los procesos de socialización en la familia, las mismas que se debe continuar en la escuela; y la otra, es la vivencia literaria en el aula.

Por esta razón CARE Perú, con el financiamiento de la Comisión Europea, ha hecho un esfuerzo para publicar este primer tomo de literatura andina con el titulo de “Beso de lluvia” el cual forma parte del material educativo que utilizará el maestro en el desarrollo de sus actividades de aprendizaje, al aplicar el Proyecto Curricular Regional. Este trabajo de José Luis Velasquez Garambel será entregado a cada escuela y esperamos que sea utilizado en su máxima dimensión. Agradecemos a José Luis por el gran esfuerzo que hizo, y por acompañarnos en esta gran tarea de mejorar la calidad de la educación en la región de Puno.

(Nuevo libro en el ámbito, hay fecha de presentación, publicado en el diario LA PRIMERA, Lima, informe semanal – 03 de diciembre del 2007 )


Marina Figueroa Diaz
Representante del Proyecto Kawsay de CARE Perú.

sábado, 9 de agosto de 2008

Proyecto Caviarón: Civilización a los bárbaros de Puno.


Ejecutante: ONG pro ética, ONG transparencia

Coordinadores nacionales y supervisores desde su oficina de Lima en Miraflores, san Borja, San Isidro:

Percy Medina 50 mil dólares

Cecilia Blondet: 50 mil dólares

Talleres:

Expositores:

Jhonny Lescano: 10 mil dólares

Aldo Estrada: 15 mil dólares

Margarita Sucari: 15 mil dólares y su secretaria 5 mi dólares "hay que saber compartir"

Facilitadores:

Ex militantes del partido PDS y el Partido Socialista de Javier Diez Canseco (que apellido más caviarón)

Y actuales militantes del Partido Fuerza Social ( ríanse con esto: Susana Villarán, Mujer limeña hago política en Fuerza Social (antes el PDS) y soy activista en derechos humanos. Trabajo actualmente como consultora independiente en temas de seguridad, derechos humanos, género. He tenido una rica experiencia en la gestión pública…"

Cada uno 3,000 mil dólares

Recursos:

Bolsas de arroz, fosforitos, par hacer que las mamachas – disculpen estimado pueblo puneño pero así piensan los caviares -nos firmen las actas de asistencia y justificar los gastos.

Viáticos:

Pasajes de avión en primera clase para los coordinadores nacionales y los periodistas de Lima y los Congresistas para salir en la foto.

Dinero para pagar los publicherrys en los diarios de la capital

Dinero para sacar 1,000 publicaciones a full color y distribuirlas a la gente de poder y los organismos internacionales para que nos sigan financiando más proyectos civilizadores

Dinero para alquiler el Hotel Marriot de Miraflores y mostrar como fue civilizado el pueblo de Puno.

Sobre Febrero Lujuria


Juan L. Villegas

Hace poco terminé de leer Febrero Lujuria (Matalamanga 2007) de Christian Reynoso. Me hubiera gustado poder terminarla antes, pero los constantes viajes me obligaron a dejar su lectura y una vez terminada, a posponer la redacción de este comentario. Lo primero que hay que aplaudir es el hecho mismo de publicar una novela por todo el esfuerzo que representa, más aún en un medio donde los lectores son cada vez más escasos y la mayoría siempre espera la versión pirata de cualquier publicación. Pero más allá de ello, que se aplica a cualquier texto publicado, hay elementos suficientes para comentarla.

La novela transcurre en Lago Grande, que no es otra ciudad que Puno, y describe los vaivenes de la celebración de la Fiesta de la Candelaria que “paraliza” de algún modo esta ciudad cada febrero. Algunos amantes de la fiesta, otros extranjeros llamados como “foráneos” son algunos protagonistas de la novela. Y su sello es lo que el autor llama con insistencia como el “desenfreno” vivido en la celebración, para reafirmar, también insistentemente, “que así es como tiene que ser y que para eso es la fiesta”.

Al leerla uno no puede dejar de pensar en lo mal que queda un texto, sea cual fuere, cuando tiene errores ortográficos y se pierde en vicios elementales como la cacofonía, silepsis o pleonasmos constantes. Lamentablemente esa es la primera deficiencia de la novela, que bien podría ser una cuestión de edición y cargarse esa responsabilidad a la casa editora (por algo ponen su nombre y su prestigio lo que hace suponer un mínimo de esfuerzo por hacer un trabajo aceptable, para no decir impecable, como en realidad debería de ser), pero siempre la primera responsabilidad es del que escribe.

En cuanto a los personajes da la sensación que no logran aterrizar en la historia. Un grupo de puneños que hablan linealmente, un argentino que se la pasa diciendo “sche” al final de cada frase, una francesa (que por como la presenta está en el límite de la estupidez o el retraso mental) que lo único que hace es sonreír y decir oui oui cuando termina de hablar, o el grupo de delincuentes que utilizan el mismo lenguaje que el cura, el presidente de la Federación Folklórica o que cualquier otro personaje que aparece a lo largo de sus líneas, no terminan ni siquiera por inducir que son quienes dicen que son y que pueden hacer lo que dicen que hacen. En sencillo: los personajes no convencen.

En la misma línea, y una de las cosas que creo está entre las más lamentables es la presencia del poeta Núñez, un personaje que tampoco logra articularse con la historia, a pesar que Reynoso busca constantemente que él sea el hilo conductor de las historias que se van entrecruzando. La novela hubiera perdido poco sin la presencia de Núñez, y Lago Grande tampoco se hubiera perdido de mucho.

De otro lado el texto se pierde en explicaciones de lo que sucede o de lo que piensan los personajes, como tratando de convencer que así es, lo que hace que el lector se sienta envuelto en lo que parece ser un ensayo o una columna de opinión. También hay en el texto la pretensión no lograda de interpretar, cual sociólogo, a la sociedad puneña. Asimismo, se dice mucho y con la misma pretensión anterior busca tener una mirada totalizadora, lo que es, según algunos críticos, uno de los problemas más comunes a superar entre los que están iniciando una carrera literaria.

En cuanto a los aciertos, encontramos en la redacción chispazos de buena narrativa que nos “regresa” o nos hace recordar que estamos leyendo una novela. Lo malo que esto se presenta por breves momentos que son interrumpidos por algunas de las falencias descritas anteriormente.

Definitivamente al autor le quedó grande el reto que escribir sobre la Festividad de la Virgen de la Candelaria. Queda claro que en este intento hubo más ganas que talento y que todavía los escritores puneños –los actuales- están en deuda. También queda claro que la literatura puneña está lejos de lo que solía ser y que las glorias literarias puneñas hoy son sólo un buen recuerdo.

Un amigo me dijo hace poco que no compra novelas de puneños porque no le gusta gastar su plata en cualquier cosa. No comparto esa idea, al contrario soy de los que piensan que en la literatura puneña se presentan elementos suficientes para pensar que podría volver al escenario nacional por la puerta grande, aunque para eso se está muy lejos y los caminos están siendo poco transitados. Yo recomiendo leer la novela para que cada uno se forme su opinión, no por el rollo del “apoya lo nuestro”, sino porque que la literatura, y toda forma de arte, nos hace mejores personas.

Nueva relación de los apellidos literarios de Puno


(Primera relación)

"A"
ÁLVAREZ: Eufemismo del pampeño, palabra enferma que significa jodeporgusto.
APAZA: De la raíz griega, cortar, meter cuchillo.
AYALA: De la raíz latina desagüe.
ARAMAYO: De la raíz hebrea que se alimenta con puchos de cigarrillo.
AYBAR: Adjetivo, del árabe jodido.
AYMA: Del vasco bibliófiloexcrementicio.

“B”
BEDOYA: Sustantivo propio del moquegüense bayoneta punzocortante.
BEDREGAL: Adverbio de tiempo, oriundo del tacnés antología de piedras y adobes raros.

“C”
CÁCERES:
CALSÍN: Sinónimo de huaqueador de calzones.
CENTENO: Palabra agrícola usada para fertilizar chuño.
CHUQUIPIUNTA: Sustantivo, del huancanés trago barato.

“E”
ESPEZÚA: Preposición usada en el mes de julio, oriunda de los huesos agujereados, significa: es cojudo.
ESTEVA: Del catalán, gatotriste.

“G”
GALLEGOS: Salvajismo erótico de origen gallego-madriliense, significa pajazo en el aire.

“H”
HERRERA: Ruralismo, del celta carnívoro, sinónimo de perrera.

“J”
JILAPA: Del taraquiense, diente cagado.

“M”
MENDOZA: Cacofonía, oriunda de puerto puquis, significa phuquna.
MIRANDA: Interjección usada como indio de mierda.

“O”
OQUENDO: Palabra hueca, usada por los imbéciles.

“P”
PADILLA: Barbarismo titiquiense, croar de jocollo, úsese también como despectivo de verdulera.
PACHO: Sufijo de oficina, úsese con el significado de animal cornúpeto.
PANIAGUA: De origen incierto, probablemente onomatopeya de guano.

“Q”
QUISPE: Neologismo de origen judío, no admitido por la RAE, puede usarse en tribus y comunidades que no figuren en el mapa. Se recomienda usarlo con el significado: espécimen de laboratorio.

“R”
REYNOSO: Arcaísmo, significa: barbasucia.
RODRÍGUEZ: Vulgarismo, sinónimo de huarique.

“S”
SAYRITUPA: Fósil lingüístico que significa macana de indio.
SOTO: Tecnicismo, de origen hebreoarameo, significa loca de salón. Usado por borrachas y putas.

“V”
VELÁSQUEZ: Coprolalismo antiquísimo, úsase en las cercanías de las aguas servidas de Puno, significa parturienta precoz.
VILLEGAS: Término petroquímico usado en Venezuela como dólar falso.

“Z”
ZAGA: Su etimología nos remonta a un prefijo griego siniestro que significa: cara de poto.

NOTA: Los apellidos que no se han incluido en este primer alcance lexicográfico, serán incluidos en la última edición que auspiciará la Real Academia Española RAE. En el diccionario con la versión final, corregida y aumentada, cuyo autor se sabrá en la versión final, en edición de lujo, mucho mejor que la antología de Wálter Bedregal, se venderá a precios populares y en los principales quioscos del departamento.

jueves, 7 de agosto de 2008

Fin del debate sobre literatura fractal. Esta es la última palabra: RECURSIVIDAD.

Escribe: Fernando Chuquipiunta

Recursividad en literatura

Llamo Literatura Fractal a todo aquel escrito que manifiesta propiedades similares a las de los objetos fractales, centrándome sobre todo en los elementos recursivos, es decir, que hacen referencia a sí mismos.

No me limitaré a hablar de aquellas obras o textos que tengan una estructura fractal más o menos evidente. También incluiré aquellas que traten el tema de la recursividad o que recojan la idea de fractal y hayan sido escritas antes de que éstos se definieran de forma matemática.

Para mayor comodidad, dividiré el artículo en secciones casi independientes, centrándose cada una de ellas es un aspecto del tema.

Tautologías
Ya empezamos con palabras raras. Una tautología es una definición que se contiene a sí misma, pero sin aportar nada de información. La más oída cualquier domingo por la televisión o la radio es «El fútbol es el fútbol», acompañada por la explosión de la cabeza del jugador o directivo en cuestión. Obviamente son de muy poco interés para nosotros.

Una excepción notable es la cita «Una rosa es una rosa es una rosa»; de Gertrude Stein, donde intenta expresar el hecho de que las cosas son lo que son, y que poco más se puede decir de ellas (el futbolista de antes no tenía nada que decir; es distinto)... pero nos estamos poniendo en plan zen antes de tiempo.

Historias cíclicas
Hay innumerables ejemplos de historias o sucesos cíclicos en la literatura de todo el planeta. Una de las más clásicas y repetidas es la del viajero que encuentra a un guarda en medio del camino. Este le explica que sólo puede partir si un viajero toma su lugar. El cuento acaba, de manera previsible, cuando ambos intercambian sus papeles... hasta la llegada del próximo viajero.

Se puede objetar que este tipo de historias no tienen naturaleza fractal en su estructura, pero muchas veces sí existe en su significado. O dicho de otro modo: muchos significados sólo son expresables mediante este recurso.

Uno de los ejemplos más rotundos figura en la novela Galápagos de Kurt Vonnegut Jr. Este libro tiene como tema central la teoría darwiniana de la evolución y contiene un poema que el autor atribuye a un niño conocido por uno de los protagonistas de la novela. Se supone el diálogo entre dos gaviotas de las Islas Galápagos...

«Por supuesto que te quiero:
Tengamos un hijo
Que haga y diga
Lo mismo que nosotros».

Este párrafo se repite varias veces, dando a entender que es infinito. Su contenido refleja a la perfección que en la Naturaleza, lo único duradero no son los objetos o los seres, sino aquellas acciones que son un fín en sí mismas, en los que cada fin suponen un nuevo comienzo. Por otra parte, aunque las frases sean idénticas, está claro que el significado es recursivo: quien las pronuncia cambia de un párrafo a otro.

Dentro de esta categoría de relatos podemos incluir muchos de los trabajos de Samuel Beckett. Este autor, que fue discípulo de James Joyce y premio Nobel en 1969, emplea a menudo un recurso muy peculiar. Tras elaborar un párrafo en el que describe un objeto o una acción, vuelve a repetirlo innumerables veces con pequeñas variaciones que añaden información. Estas variaciones consisten en la inclusión, alternancia, adición y eliminación de palabras y/o frases. El efecto final es hipnótico, como ocurre en su relato Los Despobladores.

Este mismo recurso es utilizado en las primeras obras del músico Philip Glass, quien lo extrajo del estudio de las estructuras rítmicas hindúes. Si alguien está interesado, le propongo que escuche la ópera experimental Einstein on the Beach de este mismo autor.

A veces (aunque no lo he analizado rigurosamente) Beckett parece seguir patrones lógicos o matemáticos a la hora de construir estas historias, muchas de las cuales son a su vez de naturaleza cíclica... y desesperante. No lo recomiendo a personas con tendencias depresivas.

Cajas chinas
Las cajas chinas son aquellas que se encajan unas dentro de otras... también son un recurso bastante utilizado, sobre todo en obras experimentales.

Uno de los ejemplos más conocidos es La Historia Interminable, de Michael Ende. La princesa de Fantasía, desesperada, asiste a la lectura del propio libro del que forma parte, para encontrarse de nuevo dentro del libro, leyéndose a sí misma interminablemente hasta que alguien pueda detenerlo (el protagonista, concretamente).

Un autor que emplea muchísimo este recurso es Harry Stephen Keeler, autor de novelas baratas —y para qué negarlo, bastante infames— de una originalidad estructural fuera de serie. Su recurso principal consistía en el Relato-Dentro-Del-Relato, hoy imitado hasta la saciedad.

Keeler era consciente de lo que hacía, y llamó a su estilo webwork. Antes de escribir cada novela, dibujaba un árbol de tramas y encajaba sus ocurrencias de tal manera que pudiera desarrollar un argumento general que las hilara a todas.

A Keeler se le llamó el Ed Wood de las novelas de misterio. Ed Wood (famosísimo a partir de la película del mismo nombre de Tim Burton) fue un director de cine espantoso, trans-malo, cuyas escenas se enrevesan tanto al encajarse unas dentro de otras que son difícilmente comprensibles. Hablando de cine, tenemos otro ejemplo chiripitifláutico de la estructura en cajas chinas: la película Heavy Metal. Con la excusa de buscar el mágico objeto llamado Locnar, las historias se encajan y retuercen de manera deliciosamente bizarra.

Cajas chinas cíclicas
Llevando el anterior recurso al extremo, podemos encontrar textos cíclicos que se encajan unos dentro de otros como cajas chinas (obviando la lectura-dentro-de-la-propia-lectura, como sucede en La Historia Interminable). Lamentablemente no pasan de ser curiosidades.

El ejemplo más divertido que conozco apareció publicado como tira cómica en El País Semanal hace más de diez años. No recuerdo al autor, lo siento. En ella, un personaje agobiado se repite:

«Ella sabía que yo lo sabía.
Yo sabía que ella sabía que yo lo sabía.
Ella sabía que yo sabía que ella sabía que yo lo sabía.
Yo sabía que ella sabía que yo sabía que ella sabía que yo lo sabía...»

Llegado a este punto el personaje parecía morirse de asco. Quizás el autor no era consciente, pero creó un fractal literario perfecto.

Otro ejemplo está tomado de la cultura popular. En Asturias (no sé si en otros lugares) es muy típico el Cuento de la Buena Pipa; todo niño de la región tuvo que soportarlo. No es en realidad una obra literaria, sino un diálogo, casi una meta-obra orgánica que se construye sobre la marcha. La historia como tal no se transmite; se transmite el método. El método es la historia. A continuación, un posible Cuento de la Buena Pipa:

«Abuelo: ¿Quieres que te cuente el Cuento de la Buena Pipa?
Nieto: Sí
Abuelo: No, no me digas que sí, dime si quieres que te cuente el Cuento de la Buena Pipa.
Nieto (fastidiado): Cuéntamelo.
Abuelo: ¿Que te cuente qué? No, te pregunto si quieres que te cuente el Cuento de la Buena Pipa.
Nieto (harto): ¿Me vas a contar el Cuento de la Buena Pipa o no?
Abuelo: No, te voy a contar el Cuento de la Buena Pipa. ¿Quieres que cuente el Cuento de la Buena Pipa?»
(...ad nauseam)

Fuera del campo estrictamente literario también encontramos cierto gusto por la recursividad entre los adeptos a GNU, la famosa licencia de software gratuito, y en los programadores en general. De hecho, GNU significa «Gnu is Not Unix» (GNU no es UNIX).

Ficción científica y lenguajes fractales
En los últimos años son frecuentes los libros de ficción científica (SF) que tratan los fractales, pero son muy pocos los que aportan ideas lo suficientemente innovadoras. De hecho, me fastidió encontrar al Conjunto de Mandelbrot como protagonista en uno de los peores libros de SF que se hayan escrito jamás: El Espectro del Titanic, del juntaletras Arthur C.Clarke, que por algún extraño motivo es considerado escritor. No leas ese libro: no dice más que tonterías.

Sin embargo, hay un caso bastante curioso y que parece hecho a medida para este artículo: Empotrados, de Ian Watson. Tiene un argumento bastante retorcido centrado en la idea de "lenguajes empotrados", en los que los conceptos se encajan unos dentro de otros de manera recursiva. Para estudiarlos, los protagonistas experimentan con niños pequeños inmersos en ambientes artificiales. El autor también relaciona estos lenguajes con una tribu amazónica y con unos extraterrestres bastante simpáticos. El libro en cuestión es bastante tramposo, pues no deja muy claro en que consisten exactamente esos lenguajes.


Diagrama conceptual de la evolución lingüística según Vroedel y Zwiebulin.
En las abscisas figura el tiempo en años; en las ordenadas, la capacidad conceptual en bits por Sem por segundo del flujo articulativo (en unidades épsilon de espacio).
Pero el que definitivamente se lleva la palma en este tema es el gran Stanislaw Lem (reverencia). En su libro de prólogos imaginarios —género inventado por él— Un Valor Imaginario, hay varios falsos ensayos centrados en el desarrollo de lenguajes artificiales creados por máquinas del futuro, relatados de manera retrospectiva. Aquí Lem, supongo que divertidísimo, habla de "metalenguajes de nivel n" con toda la alegría del mundo, especificando que la frase "Xi.n.e.s (a-ququ 0,0) 2(pi-t.0)-(2cu-fi-t.0)" es «en principio, intraducible a lenguas étnicas o formalismos de tipo matemático o lógico».

Aquí reproduzco un gráfico extraído del Pliego de Muestra de la Extelopedia Vestrand, incluído en Un Valor Imaginario.

Lem no menciona en este libro a los fractales de manera explícita, puesto que lo escribió en el año 1973; Los Objetos Fractales, de Benoit Mandelbrot se publicó en 1975. Lem también gusta de la recursividad en otros relatos, en los que, por ejemplo, «una máquinita construyó una máquina que construyó una maquinota que construyó una maquinaria» (del libro Ciberiada).

La recursividad en la literatura religiosa
En muchos libros sagrados de distintas culturas abundan las referencias recursivas, casi siempre con la intención de reflejar lo divino y lo trascendente. Ciertamente, una de las características más abrumadores de los objetos fractales es la de acercarnos a lo infinito a través de lo innumerable. Un procedimiento recursivo es el utilizado en la famosa leyenda del pastor que enseñó a jugar al ajedrez a un rey, y que pidió a éste que le pagara en agradecimiento tantos granos de arroz como resultaran de ir doblando la cantidad por cada casilla del tablero, comenzando con solamente uno.

En la Biblia abundan las referencias de este tipo:

«Entonces se acercó Pedro y le dijo: "Señor, ¿Cuántas veces ha de pecar contra mí mi hermano y he de perdonarle yo?". Jesús le contestó: "No te digo 7 veces, sino 70 veces 7"».
Mateo 18:21-22

«Y ví, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y de las criaturas vivientes y de los ancianos, y el número de ellos era miríadas de miríadas y millares de millares».
Revelación 5:11

Aquí cabe una objeción. El lenguaje en el que se escribió la mayor parte de la Biblia pertenece a un pueblo de pastores donde no hay apenas conceptos abstractos. Se puede alegar que el hecho de encontrarnos estas referencias recursivas en la Biblia sean más propias del idioma que de lo que pretende expresar. De hecho, cuando la Biblia habla de 144000 (doce veces docemil) en realidad se refiere a "los muchos", según aceptan las autoridades sensatas respecto al tema.

En la literatura hindú, donde abundan las consideraciones cosmológicas, nos encontramos párrafos como el siguiente, perteneciente al Sutra Avatamsaka, libro sagrado del budismo Mahayana y cuyo origen es previo al cristianismo (de hecho, la leyenda se lo atribuye al mismo Siddharta Gautama, el Buda):

«En el cielo de Indra, se dice que hay una red de perlas, de tal forma ordenadas que si miras a una, ves a todas las demás reflejadas en ella. Del mismo modo, cada objeto del mundo no lo es en sí mismo meramente, sino que incluye a todos los demás objetos y de hecho es todo lo demás. En cada partícula de polvo se encuentran presentes Budas sin número».

En el mismo sutra nos encontramos esta virguería:

«La Torre es tan ancha y espaciosa como el mismo cielo. El suelo está pavimentado con innumerables piedras preciosas de todas clases, y dentro de la Torre hay innumerables palacios, pórticos, ventanas, escaleras, barandillas y pasadizos, todos hechos de las mismas clases de piedras preciosas.».

»Y dentro de esa Torre, espaciosa e infinitamente adornada, hay también cientos de miles de torres, cada una de las cuales está tan exquisitamente adornada como la Torre principal misma y tan espaciosa como el cielo. Y todas estas torres, más allá de lo que en número podría calcularse, no se molestan en absoluto unas a otras; cada una preserva su existencia individual en perfecta armonía con todo el resto; no hay aquí nada que impida a una torre estar fusionada con todas las demás individual y colectivamente; hay un estado de perfecta entremezcla y, sin embargo, de perfecta ordenación. Sudhana, el joven peregrino, se ve él mismo en todas las torres y en cada una de ellas, donde todo está contenido en una y cada una que contiene todo».

¿Cómo queda el cuerpo? Hay que tener en cuenta que la Torre de la que habla es una metáfora del Universo.

Otro libro sagrado, en este caso chino, donde la recursividad juega un papel importante es el I Ching (pronúnciese Yi King), clásico taoísta que hunde sus raíces en la prehistoria. Este libro tiene una compleja estructura cerrada de tipo matemático donde los significados se modulan y modifican continuamente unos a otros y donde son posibles complejas operaciones lógicas y simbólicas, la mayoría recursivas. Lamentablemente es muy difícil poner ejemplos para el que no conoce el libro.

Los filósofos tampoco escapan de la recursividad, y, de hecho, para muchos es una trampa peligrosa. No es el caso de Leibnitz, siglo XVII, que en su Monadología dice:

«Cada porción de materia puede concebirse como un jardín lleno de plantas y como un estanque lleno de peces. Pero cada rama de la planta, cada miembro del animal, cada gota de sus humores, es también ese jardín o ese estanque».

En todos los casos, la recursividad es aplicada al propio Universo, que de este modo es descrito como holográfico (a tratar en otro artículo de próxima aparición).

Rizando el rizo
Quiero abrir este apartado con una de las obras más fascinantes jamás escritas: La Biblioteca de Babel, de Jorge Luis Borges.

→ El Amable Lector toma la palabra: Ejem, he leído esa historia y no habla de fractales, sino más bien de combinatoria. En él, si no me equivoco, describe una biblioteca enorme, aunque no infinita, donde se almacenan TODOS los libros que recogen TODAS las posibles combinaciones de letras posibles en un tomo de 410 páginas, 40 renglones por página y 80 letras por renglón. Tomando 25 símbolos posibles, eso significa (un momento, que coja la calculadora...) 25 elevado a 1320000 combinaciones... ¿pero que tiene que ver esto con los fractales?

Respuesta: En la Biblioteca de Babel tenemos un número abrumador de obras de literatura con características fractales. No solamente todas las posibles, sino que dentro de ella tenemos además todas las obras que hacen referencia a la propia biblioteca, incluido su índice... pero no es ahí donde quiero llegar.

→ Amable Lector: ¿Y dónde quieres llegar?

A una reflexión que nos conducirá a otra más importante. En el apartado anterior vimos que en la literatura religiosa de muchas culturas se alude de manera indirecta a los fractales como símbolo de la divinidad, de lo inmenso. Sin embargo, hay algo que (parece) está por encima del "poder" de los fractales, y eso es el mundo de la combinatoria.

Desde que tuve mi primer ZX Spectrum —un ordenador popular en los 80— siempre me fascinó la posibilidad de realizar un programa que generara en secuencia TODAS las posibles combinaciones de píxeles en la pantalla. En el caso de ese pequeño ordenador —que tenía un sistema de color bastante peculiar, por lo que no lo voy a tener en cuenta— podría hacer 2 elevado a 256x192 pantallas distintas. En el caso de un PC estándar de hoy en día (a 800x600, 24bits de profundidad de color), esas posibilidades son 16777216 elevado a 480000.

Pues bien: entre esas posibles pantallas están contenidas las representaciones de todos los fractales posibles, a cualquier nivel de aumento, con todas las paletas posibles y todos los efectos añadidos que puedas soñar, del mismo modo que está contenido este texto que estás leyendo, con todos los tipos de letra,maquetación y colores que se te ocurran (y con faltas de ortografía, si quieres).

En ese sentido, si los fractales nos fascinan por la capacidad de sorprendernos y su infinita variedad, la propia combinatoria de unos pocos elementos suficientemente repetidos puede también desbordarnos... sin embargo, hay una cualidad que prácticamente todos los fractales poseen y que pocas combinaciones aleatorias (en proporción) tienen... es la belleza.

Aquí me estoy metiendo en camisa de once varas, y lo sé. Nadie sabe lo que es la belleza, pero sin embargo somos capaces de apreciarla. Rara es la imagen de un fractal —o de los objetos naturales que los imitan— que no tiene algo de hermosa. La Belleza parece ser una cualidad intrínseca a los objetos fractales. La cuestión ahora es: ¿Qué hace bella a una obra literaria?

Más allá de lo obvio¿Belleza? Hasta ahora sólo me había remitido a la estructura del libro, a la secuencia de las palabras que la forman, a las ideas que se pueden expresar mediante la recursividad. Sin embargo, nos queda un elemento clave... LA ESTRUCTURA FRACTAL EN EL PROPIO CONTENIDO DEL LIBRO. No debemos olvidar que lo más importante de una obra literaria es precisamente lo que dice.

El hecho de dotar de estructura fractal —en mayor o menor grado— al contenido de una obra literaria es un elemento clave a la hora de configurar la belleza y la fascinación de ese escrito.

→ El Amable Lector pregunta: ¿Pero en qué sentido?

Lo que distingue a un gran libro de un buen libro es que el primero se realimenta a sí mismo... hace referencia a sí mismo, las ideas, situaciones y conceptos se encajan unas dentro de otros reforzándose, matizándose y variando en patrones cada vez más complejos, de manera inagotable. Y en ello participa el lector.

Esto puede ocurrir incluso aunque externamente no sea evidente esa estructura, nuestra fijación a lo largo de todo este artículo. Recuerdo unas palabras de un conocido mío, amante de Shakespeare:

«Las obras de Shakespeare son pura Energía... no acaban cuando acaba el libro... son imposibles de detener... cada repaso y cada relectura transforman el libro y lo convierten en algo distinto cada vez que lo lees... pero el libro no cambia por sí mismo, el que cambia es el que lo lee, así como el relato cambia al lector...»

Octavio Paz, en un pequeño ensayo titulado La Mirada Anterior, recoge esta idea y la expresa como sólo el sabe:

«Una obra que dura —lo que llamamos: un clásico— es una obra que no cesa de producir nuevos significados. Las grandes obras se reproducen a sí mismas en sus distintos lectores y así cambian continuamente. De su capacidad de autoproducción se sigue la pluralidad de significados y de ésta la multiplicidad de lecturas. Sólo hay una manera de leer las últimas noticias del diario pero hay muchas de leer a Cervantes».

La Recursividad en Literatura alcanza su cota más alta cuando ésta se produce entre el lector y la obra.

¿Dónde se encuentra lo fractal en esta imagen?

¿QUÉ ES LA LITERATURA FRACTAL?


Escrito por: Walter Bedregal Paz

Para empezar a responder esta pregunta nos tenemos que remontar al año 1497 cuando un monje italiano, Lucca Paccioli, dio a conocer lo que era “la divina proporción”, título del libro de su autoría donde explica los secretos de la “sección áurea”, proporción matemática que se basa en una regla de tres para establecer el equilibrio adecuado entre las partes de un todo.

Esta división armónica ya fue utilizada desde la antigüedad, y casi siempre en arquitectura, por los egipcios, griegos y romanos, y más tarde en pintura por los grandes maestros del renacimiento, para establecer las reglas que les permitieran lograr una perfección compositiva. Aquí nos damos cuenta de la importancia del “número” (lo cuantificable, lo que se puede medir), algo que ya dedujo la “escuela pitagórica” cuando equiparó la realidad al número; para ella los números gobiernan al mundo y el Universo es ritmo, o sea, que lo cualitativo está presente en todo.

A partir de ahí es comprensible que, para imitar el patrón superior, el hombre tratara de unir las matemáticas y el arte en búsqueda de la perfección: catedrales, esculturas, pinturas, todo hecho respecto al número, las matemáticas aplicadas al espacio: la geometría. “Geometría”, ésta es la palabra, el punto de partida hacia “lo fractal”, pues lo fractal pertenece a un modelo geométrico donde la “sección áurea” se equipara a una semilla sin germinar. Y ahora, a este respecto, aunque sea por semejanza botánica, me remito al concepto de “rizoma” en el que Gilles Deleuze y Félix Guattari se basan, según nos explican su libro “Mil Mesetas”, para organizar un sistema de multiplicidad que se expande a través de diferentes estructuras que son análogas a los rizomas de las plantas, y así explicar, con esta metáfora, los nuevos comportamientos sociales en el capitalismo tardío.

Este concepto de rizoma es bastante similar, en su estructura organizativa, a lo que se desprende del orden fractal, con la salvedad de que en el segundo término los elementos que lo componen son más limitados y se generan a partir de sí mismos: son “recursivos”. Los fractales serían como una semilla geométrica que, al germinar, mediante la intervención de un proceso de algoritmos matemáticos, se expandiera de forma semejante al rizoma de una planta: “un punto de fuga al inverso generado por la repetición de sus mismos elementos”. Esta “expansión fractal” la podemos encontrar, de manera concéntrica, en el origen y evolución del Universo, según las teorías del “Big Bang” (de Georgy Antonovich Gamov, en 1948) y la “Inflacionaria” (de Alan H. Guth, en 1981). Millones de estrellas y planetas en expansión, donde con ellos también se propagan el tiempo y el espacio, cuando nuestro mundo, nuestro planeta y nosotros, somos una minúscula partícula de todo ese entramado; de tal modo que nos encontramos, como individuos, dentro de un mega-sistema de semejantes características: “nosotros dentro de una sociedad que está compuesta por una especie, que puebla y se relaciona de manera fractal, dentro de este planeta que forma parte de un sistema solar que forma parte de un Universo de características fractales”.

Por tanto, estamos marcados por la fractalidad desde lo más íntimo de nuestro ser hacia el exterior: “átomos, moléculas, células, tejidos, órganos… hasta completar un cuerpo que está regido por un cerebro de millones de neuronas interconectadas fractalmente”. Toda partícula forma parte de un algo y ese algo es la parte de un complejo superior que es la parte de otro que lo supera en magnitud, o sea, que nuestro Universo y nosotros mismos estamos determinados, sin lugar a dudas, por un orden fractal. La Real Academia Española de la Lengua nos ofrece la siguiente definición: “Un fractal es una figura plana o espacial, compuesta de infinitos elementos, que tiene la propiedad de que su aspecto y distribución estadística no cambian cualquiera que sea la escala con que se observe”. Ya, más o menos, nos vamos haciendo una idea de lo que es un fractal: “un sistema complejo que se multiplica hacia el infinito a partir de sí mismo” o, como lo definen en Wikipedia: “Un fractal es un objeto geométrico cuya estructura básica se repite en diferentes escalas.

El término fue propuesto por el matemático Benoit Mandelbrot en 1975. En muchos casos, los fractales pueden ser generados por un proceso recursivo o iterativo, capaz de producir estructuras auto-similares independientemente de la escala específica. Los fractales son estructuras geométricas que combinan irregularidad y estructura”. Esta última explicación, desde luego, es mucho mejor que la que nos da la Real Academia Española, y, a partir de ella, nos hacemos una idea de lo que es un fractal. Ahora, ya teniendo el concepto establecido, podemos partir desde este punto para hacer su aplicación en la literatura. Está claro que a una oración, compuesta por un sistema de signos con sus significados y significantes, no se la puede someter a la secuencia de un algoritmo fractal, pues perdería su coherencia sintáctica; pero lo que sí se puede hacer es imitar los modelos fractales, respetando la sintaxis, para generar oraciones y textos que conformarán lo que se puede denominar como “literatura fractal”.

Por tanto, “la literatura fractal sería aquélla que multiplica los signos lingüísticos, dentro de un orden sintáctico, como si se tratase de un juego de espejos que busca en esa repetición, en ese juego, una dinámica dentro de lo infinito, de lo laberíntico o lo circular”; o, dicho de una manera más sencilla: “La literatura fractal es aquélla donde se multiplican por sí mismos los elementos que la componen”. Existen dos artículos en la “web” que tratan de fijar este concepto. El primero, que parece lleva por título “Literatura fractal”, es de Alberto Viñuela y data del 29 de julio de 2001. El segundo, “Literatura y el infinito”, es un trabajo escolar que, por su estructura, parece se basa o toma como modelo el de Alberto Viñuela, aunque aporta, dentro de su brevedad, alguna idea nueva y creaciones propias; está publicado sin fecha y sus autoras son: Tatiana Pérez Veiga, Martina Piñeyrúa y Eugenia Espona. Alberto Viñuela nos define así la literatura fractal: “Llamo literatura fractal a todo aquel escrito que manifiesta propiedades similares a las de los objetos fractales, centrándose sobre todo en los elementos recursivos, es decir, que hacen referencia a sí mismos”. Alberto Viñuela nos propone diferentes maneras para lograr este objetivo mediante, por ejemplo, las “tautologías” (repetición de un mismo pensamiento dicho de distintas maneras), “historias cíclicas” (que empiezan y terminan, tras su desarrollo, con un concepto similar que une el principio y el final), “cajas chinas y cajas chinas cíclicas” (historias que contienen a otra historia y a su vez a otra historia…), y luego continúa, después de presentar ejemplos de diversos autores para cada uno de estos enunciados, abordando los temas de la “Ficción científica y los lenguajes fractales”, “La recursividad en la literatura religiosa”, para terminar su exposición con citas de algún que otro escritor conocido.

El otro trabajo, que se reduce más a la simple idea de lo infinito y su relación con la literatura, hace referencia a las paradojas de Zenón de Elea y sus juegos con el espacio-tiempo, para completar su desarrollo con un resumen de la ya comentada propuesta de Alberto Viñuela. En ambos casos, para ilustrar sus planteamientos, aparece la figura y obra de Jorge Luis Borges como máximo exponente para este tipo de literatura.

ANTECEDENTES LITERARIOS

Son dos grandes escritores los que han creado su literatura, ya sea de manera consciente o no, bajo la influencia de un pensamiento cuya teoría y nombre fue posterior a la fecha de la publicación de sus obras (ya que fue en el año 1975 cuando Benoit Mandelbrot propuso el término “fractal”). Estos dos autores son: Franz Kafka y Jorge Luis Borges. “El Proceso” y “El Castillo” son las dos novelas de Franz Kafka que están escritas bajo un marcado predominio de lo fractal. En las dos se expresa la imposibilidad del individuo frente a los mecanismos absurdos del poder, sus burocracias y sus mentiras. En ellas sus protagonistas han de seguir una tortuosa ruta, mental y física, para enfrentar una realidad que les sobrepasa con una serie de problemas que se encadenan sin encontrar nunca un final, repitiéndose dentro de un laberinto legal que somete al individuo frente a las arbitrariedades del poder que le gobierna y sus representantes. Este modo argumental tiene una gran similitud con lo que establece la dinámica fractal, de algo que empieza desde un punto concreto para expandirse en el espacio o en el tiempo, multiplicándose de manera iterativa, como son, en el caso kafkiano, el problema y el absurdo que lo genera, los elementos que se repiten una y otra vez a lo largo de la trama, en una lucha ideológica en la que las partes involucradas multiplican, a su vez, todos los motivos que demuestran cada acto de las mismas para buscar su propia justificación. La progresión fractal de los elementos argumentales, en estas dos novelas, hacen de la narración un complejo sistema que se determina como lo más característico e importante dentro de la estructura de la propia obra literaria. La figura del absurdo se reproduce por si misma para expandirse, con todos sus elementos connotativos adyacentes, hacia una lógica fractal que se constituye como el componente primario del término que se conoce como “kafkiano”. Respecto a Jorge Luis Borges (declarado admirador de Franz Kafka), en casi toda su obra está presente, en mayor o menor grado, una perspectiva fractal que se caracteriza como lo más significativo del “pensamiento borgeano” y su universo literario. En sus creaciones podemos encontrar personajes inmortales, memorias que logran existir a través del tiempo y fuera del primer cuerpo que las contuvo, edificaciones laberínticas e imposibles, libros cíclicos que terminan donde empiezan y que se bifurcan en el tiempo, laberintos y más laberintos, granos de arena que se multiplican en sueños, una esfera donde se concentra el Universo entero desde sus diferentes configuraciones, los espejos y sus reflejos, sus juegos con el tiempo y los espacios, el giro sorpresivo de sus historias; todo en él, y su inteligencia, está tocado por el orden preciso de lo fractal. Aquí, no debemos confundir su tremenda erudición con esa inteligencia suya, que se basa, precisamente, en ese juego que hace con la existencia y con lo que está más allá, con lo metafísico y el devenir, con lo que se esconde detrás de las palabras y sus ideas, lo que permanece como fondo de su literatura, libre de toda superficialidad, para adentrarse a descifrar los enigmas de esa misma inteligencia que la hacen única, genuina y genial. Estos dos grandes escritores han conseguido el reconocimiento por medio del estilo conceptual de sus historias, y a partir de una mirada fractal que recrea una nueva dimensión de la realidad, lo que, sin lugar a dudas, supuso un cambio de perspectiva en los horizontes de la literatura. Ahora, tras haber señalado estos antecedentes, del tema que nos ocupa, cabe mencionar la existencia de dos textos que lo refieren: “Manifiesto del Fractalismo” y “Manifiesto Fractal”.

El “Manifiesto del Fractalismo”, cuya autora es Eva Neuer con fecha 27 de septiembre del 2000, es un manifiesto de aspiraciones universalistas, o sea, que trata de abarcar todas las manifestaciones del ser humano, dentro de su rol social y como ente individual. Eva Neuer parte del concepto de fractal para conformar una nueva postura fractalista y, a través de esta visión, poder acercarse al mundo. Este manifiesto, con todas sus propuestas, se ciñe a lo que marca el orden fractal y se justifica a través de él con un texto netamente fractal. El hombre, a fin de cuentas, es un elemento singular dentro de un Universo fractal, que debe estar en armonía con su entorno por el hecho de pertenecer a él y por ser consciente de ello. Como todo manifiesto universal, es una exposición de ideas utópicas que, por serlo, no dejan de ser admisibles y que invitan, según su autora, a reflexionar para convertirse en un principio de búsqueda interior que ha de manifestarse hacia el exterior. Otro caso distinto es el “Manifiesto Fratal”, cuya autoría es de Héctor A. Piccoli con fecha de marzo del 2002, que es literario y atañe exclusivamente a la poesía. Con este manifiesto trata de justificar el rescate de la musicalización como medio para contrarrestar una prosificación que, a su parecer, debilita el hecho poético. Critica la prosificación pero no formula su propuesta de manera concreta y memos en relación al orden fractal, pues en ningún momento se vale de los conceptos fractales (pues no los explica ni mucho menos los utiliza) para justificar su postura de “repensar la esencia rítmico-musical del verso”, y, a través de este planteamiento, “repoetizar la poesía”. Propone, también, “trabajar con el ordenador” (sin explicar en qué sentido), y hacer poemas generativos, interactivos y esencialmente plurales, respecto a las unidades de un poemario compuesto por varios poemas, para terminar diciendo que así entrarán en el “laberinto y no sólo en el endecasílabo”.

Queda la sensación, tras leer este manifiesto, que su autor se sirve del término fractal para formular un ideario en el cual lo fractal es una mera excusa, además de caer en la superficialidad de una poética que se basa, casi exclusivamente, en el ritmo y la musicalidad, cuando lo importante de la poesía es lo que se dice entre líneas, lo que se esconde detrás de las palabras, lo que evoca: “lo que hace que no sea una simple canción”.

EJEMPLOS DE LITERATURA FRACTAL

Los ejemplos con los que a continuación trataré de ilustrar, de manera más práctica y detallada, todo lo expuesto hasta ahora, son de mi autoría y con ellos, he de admitir, no se agotan las posibilidades en la búsqueda de lo que es la literatura fractal.
Desdoblamientos: Ya nada es igual desde que salí por la puerta y me quedé solo en casa, frente al televisor. Ahora voy bajando por las escaleras y sigo aquí, sentado en un sillón, pensando en mí que ya estoy en la calle. Continúo con el paso y me dirijo hacia otro lugar, donde pueda reconocerme sin ninguna duda, ya fuera de esta habitación… Allí estoy, sentado en un banco del parque; al pasar por mi lado me saludo. “Hola, ¿cómo estas?”, me respondo. “¿Y tú?”, me pregunto. “Bien, muy bien, sentado aquí en el sillón frente al televisor”, termino por contestar… Ya nada es igual desde entonces, porque ya no estoy aquí, ni en el parque, ni caminando; sólo sé que algún día seré lo que no soy y estaré donde no estoy, pues todo lo ignoro sobre este asunto que me es tan incomprensible.
Visión Caleidoscópica: Estoy afuera y veo a los de adentro, pero ellos no me ven, y eso que les hago señales con los brazos para llamar su atención. Ellos giran a mi alrededor sin mirarme, pues caminan con la vista fija en el suelo, contando sus pasos. Son catorce hermanos gemelos que dan vueltas dentro de una habitación circular, o uno solo frente a trece espejos fraccionados. No lo sé; trataré de detectar cualquier movimiento distinto en todos ellos, pero por ahora es imposible. No puedo ver nada más que mis pies al caminar, cuando siento que alguien me observa desde afuera moviendo los brazos, para llamar mi atención. Creo que son trece hermanos gemelos idénticos a mí.
Dinámica Circular: Vasta es su mirada, penetrante, tanto que la noto dentro de mi cabeza, inspeccionando los recovecos de mis pensamientos y mucho más allá, para adivinar lo que ahora no pienso y luego pensaré; así se anticipa siempre a mí… Ahora siento que él, con su vasta mirada, soy yo; porque no me deja ser, porque asume todos mis actos antes de que yo los pueda realizar. Vive mi vida antes que yo, y piensa y habla antes de que yo lo pueda hacer. Me roba el pensamiento y la palabra, y camina todo el día frente a mí con su vasta mirada, penetrante, tanto que la noto dentro de mi cabeza inspeccionando los recovecos de mis pensamientos y mucho más allá, para adivinar lo que ahora no pienso y luego pensaré.
Dinámica Cíclica: El agua cae del cielo y no hay nubes, sólo una atmósfera transparente, pero el agua, como un torrente, me deshace a la manera de un terrón de azúcar. Mi sustancia, diluida en el agua fluvial, corre por las hendiduras de la piedra escurriéndose hacia lugares ignorados, tanto como ese agua que cae de un cielo transparente y sin nubes, la misma que me deshizo igual que un terrón de azúcar, para escurrirse hacia los rincones desconocidos de un paraje que se mojó entero con mi sustancia y con el agua inesperada de un cielo transparente y sin nubes que se precipitó como un torrente sobre mí…
Dinámica Laberíntica: Dentro de cualquier duda hay otra duda que se originó en esa incapacidad para definir cuál es la duda que la contiene, círculo en movimiento que se expande y regenera, que se alimenta de la propia ausencia de decisión. Las probabilidades se ven todas inadecuadas, cuando ninguna se impone sobre la otra y la duda en sí. Nada es posible y todo lo es a la vez, probabilidades que ahora se contienen dentro de esa duda, que la procuran. Más allá de cualquier duda hay otra duda, más allá de cualquier razón hay otra razón. Razones para la duda, dudas para razonar. Probabilidades que se esconden tras la razón y la elección, para acabar con la duda que nació a partir de esas mismas probabilidades, de la duda contenida dentro de otra duda y de su incapacidad para no dudar.
Dinámica en la Repetición: Él dice que yo digo lo que no pienso, y seguro que piensa que no digo lo que pienso; eso es lógico porque una cosa es lo contrario de la otra, pero así dicho, según lo pienso, suena bien; aunque, como digo lo que no pienso, no puedo pensar según creo que lo pienso, ya suene bien o sea cierto; pero esto es así desde el punto de vista de cómo él lo piensa y no cómo yo lo pienso; pero al final, estas cosas de creer lo que piensa cada cual, cuando se habla sobre lo que piensa o dice el otro, son cuestiones de ser pensadas. Dinámica de Mutación: La naturaleza muda con las estaciones, como cuando yo me quedo sin palabras. La voz ya no me sale, ya sea por falta de ideas o por afonía. Lo peor es la afonía mental que me asalta en mañanas, nada más despertar, laxitud de la memoria que se extiende hasta que tengo el desayuno sobre la mesa, que luego muda de ahí hacia mi estómago. La ducha ya me despierta de verdad, cuando se levantan las palabras que mudan en ideas, para que la afonía desaparezca de mi garganta. En ese transcurso de tiempo, como una muda de estación, pasó una mujer que nunca dijo una palabra, cuando tomó aquel tren que hacía su trayecto entre el verano y el otoño. Ahora las hojas secas mudaron de las ramas para formar una alfombra sobre el suelo, y ella camina, al llegar a su destino, con un paraguas sin tela por encima… Pero luego todo cambió de su lugar, la señora muda y las estaciones que mudan, pues al abrir la puerta y salir de la casa me topé con el invierno. No me gusta el frío porque me deja más que mudo, no lo puedo soportar y regreso hacia la casa. Entonces, es cuando cierro los ojos y pienso en la primavera, para que todo mude dentro mi ser. Juego de Espejos: Cuando la vi por segunda vez, ella ya no estaba, se había ido. Menos mal que la llevé conmigo, en la emulsión de plata de la película fotográfica, que luego revelé. Del negativo la pasé al positivo con un chorro de luz y luego la fijé sobre un papel bajo los líquidos. Entonces apareció poco a poco, mirándome desde dentro del fluido; de pronto me pude ver reflejado en sus pupilas, mi silueta, y también frente a ella dos veces: en ese instante y cuando le tomé la fotografía; instantes triplicados pues ella también estaba en mi memoria. Tantas veces, tantos reflejos, tan engañosa la realidad, como un juego de espejos que multiplica sin querer todos los instantes.

Dinámica Concéntrica: Cuando llegué a aquel lugar ya no estaba, se había ido o se lo habían llevado. Sólo encontré un tremendo vacío, como el de antes de ser gestado, cuando ni siquiera suponía un proyecto en la mente de mis padres. Allí, en este lugar inexistente, decidí esperar por si regresaba con la esperanza de advenir el principio y con la sospecha de que podría estar muerto… El despertar, en este caso, sería el regreso del lugar y a la vez el mío a él, algo que nos uniría en una misma dimensión. Pero ahí continué, en el trance de la espera, sin existir y rodeado de esa nada, como un pensamiento único que trataba descifrar qué paso con ese lugar desaparecido que tal vez fuera mi propia vida, la que aún me niego a admitir que se extinguió. Espero que todo sea un mal sueño y, al despertar, me encuentre con algo más que este pensamiento para saber que existo.
Proceso Invertido: “Visiones invisibles”, así dicho, tiene una doble interpretación: ¿Es invisible lo que no se ve o lo es el acto de mirar? En el primer caso sería la nada, en el segundo una mirada vacía; visión invisible en los dos. ¿Qué más dará entonces lo uno o lo otro, cuando, a pesar de que en esencia son diferentes, el resultado es idéntico? Ambos se contienen en sí mismos, con una negación y una afirmación que los conduce hacia la nada y al vacío. Así son todas las visiones invisibles, no existen, y tú aquí, por tanto, no has leído nada. Así se puede experimentar en la búsqueda de nuevas soluciones de literatura fractal, cuando estos ejemplos, en su reformulación, se podrían mezclar entre ellos en un sin fin de probabilidades en una lógica fractal dentro de lo fractal.

Y aquí termina esta breve exposición, con la que espero haber contribuido a sentar las bases o clarificar qué es la “Literatura Fractal”, concepto hasta ahora un tanto difuso y desconocido, pero que siempre ha estado ahí, en su esencia, sin que lo sepamos, en nuestro Universo y dentro de nuestro ser.

Walter Bedregal, 06 junio de 2008.

Derechos Reservados - Copyright © Walter Bedregal Paz