lunes, 29 de octubre de 2007

Comentan el libro de Walter Paz

Obituario del Buho y Nada

Boris Espezúa Salmón.

Con grato placer se nos ha hecho alcance de dos poemarios, el primero fue de Walter Paz Quispe Santos, quien en forma algo tardía nos entrega su anunciado libro
“Obituario del Búho” que edita Lago Sagrado Editores de Elard Serruto. El poemario de Walter lleva un prólogo muy solvente de Teun A. Van Dijk, reconocido lingüista europeo que destaca las calidades literarias del texto, el título del libro es bastante sugestivo puesto que denota el registro nocturno que hace del tiempo el Búho con una ave permanente que vigila el acontecer del mundo en su sentido natural, sin embargo ésta aproximada explicación, marca desde un inicio el misterio que tiene la obra de Walter Paz, al cual se aumentará el significado, por ejemplo; de bablú que contiene el libro ordenadamente estructurado a través de dieciséis bablus que podríamos decir que es un personaje recurrente y eje en el poemario que como pretexto de experimentación permite desarrollar la construcción del texto poético a dos niveles: La primera en forma de versos libres, con elaborada textura, y la segunda en versos descabalgados, espaciales, al estilo de Oquendo. “Alguien encendió el sol y te encontré meciéndote en la frescura de un clavel, y tu sonrisa desenvolvió la mañana” ( Op. Cit.)

La poesía de Walter Paz es el producto de mucho aprendizaje en dos planos: lingüístico y metafórico, Considero que tiene el temario del escenario andino, de aquello que le conmueve a Walter Paz del asombro de las flores, amaneceres, historia, costumbres y obituarios del sol y la luna, tiene la influencia de Oquendo en el planteamiento estructural de la composición y la singularidad de Efraín Miranda en tratar en primera persona el abordar el desbrozamiento de la belleza de la palabra y la inclusión del autor a través de personajes en la trama de la composición poética. La calidad de una poesía andina contemporánea, en toda su complejidad y contenido encuentra salidas admirables en poesía como de Walter Paz. Las influencias de Borges, Octavio Paz, y Neruda por ejemplo, sostienen la solidez de sus recursos poéticos. Los últimos poemas consignados en Obituario del Búho parecieran que rompen la secuencia de Bablú, y pertenecen a otro rubro de experimentación, que incluso parecieran obedecer a otra propuesta poética donde resalta los finales rotundos, y como en “Juliana” el trasfondo de un temario social que es otro de sus misterios. En suma como señala el prologuista del libro, la obra de Walter ofrece al lector muchos caminos, y de eso justamente se trata la buena poesía de hacer que el convite al lector sea inacabable como un panal de miel que lo regodee de dicha poética. Felicitaciones.

Posterior al obsequio del libro de Walter Paz, recibí con grata sorpresa el libro “Nada” de Luzgardo Medina Egoavil, poeta de la generación del 80 de Arequipa, quien en su momento fue impulsor de la Revista “Eclosión” que contrapesaba con otra revista de poesía de su momento “ Ómnibus” , Luzgardo además de sus estudios de Derecho mostraba siempre sus cualidades de declamador, y es en esas circunstancias que nos conocimos en el Cusco de ese tiempo en que aún existía la estela de los “Rojos” que empañaba la misma literatura, recuerdo que participamos juntos en un homenaje a René Ramírez Lévano con versos iniciales pero, destellantes de contenido social. Han pasado muchos años, Luzgardo ha publicado muchos poemarios, ha ganado muchos premios, dentro de ellos algunos internacionales, y así como su primera amistad, mantiene en sus versos viva la frescura y los poemas algo épicos y líricos pero, de gran dominio coloquial que reflejaban su apuesta positiva hacia la vida que traslucía en su forma de ser anhelante e hiperactivo. Sabemos que ese elan no lo ha perdido, que continúa haciendo amigos con facilidad, asesorando a Municipios en Arequipa, y lo que sí nos sorprende es que en forma sostenible haya continuado produciendo incesantemente como la pachamama del altiplano, aún con el fallecimiento de amigos comunes y de familiares suyos, tenga una visión dialéctica de la vida, y aunque no lo haya advertido, el título de su libro “Nada” que alude a una postura existencialista del lado más pesimista, nada tiene ver con el contenido del libro, que es una apuesta a la vida. “ La lucha es contra la nada que puede ser más breve que febrero, pero que te marca el partidor de la verdadera batalla”. ( Op. Cit.)

La beligerancia de aquella época en que compartíamos con Odi Gonzáles, con, José Gabriel Valdivia ha servido para convencernos que el dolor nos es una consigna de vida y que en el discurrir de éstas décadas de la mano con la poesía hemos aprendido que existe una de la hambres necesarias para la vida que se llama la amistad, lo demás pertenece a los suburbios de la memoria por el que también hay que transitar. Felicitaciones.

(Tomado del diario Los Andes de Puno, 28 de actubre de 2007)